La periodista de Ciencia y Salud de La Nación, Nora Bär, fue una de las ganadoras del premio en periodismo científico “De la Ciencia a la Filosofía”, que otorga el Instituto de Filosofía de la Universidad Austral, en el marco del proyecto de Investigación “Determinismo e Indeterminismo: de la Ciencia a la Filosofía”, apoyado por la John Templeton Foundation. Ver más acerca del Segundo concurso de artículos periodísticos.
La pieza premiada fue una entrevista realizada al neurocientífico Stanislas Dehaene, quien realizó grandes descubrimientos acerca de la capacidad del ser humano para procesar signos. La entrevista se titula “El cerebro no funciona como una computadora”. En una breve entrevista, Nora explica las implicancias de este reconocimiento a su trabajo profesional:
¿Qué opinión le merecen los premios que incentivan el diálogo entre las ciencias?
Son un buen estímulo porque estamos en un momento en que todos, en el campo de las ciencias, se dan cuenta de que las mejores ideas emergen del diálogo entre disciplinas. La disciplina que se queda dentro de sus propios límites tiene que romper fronteras para lograr ideas más ambiciosas y creativas. Creo que es el camino que está tomando la ciencia en general: la transdisciplina. De allí pueden surgir las ideas más valiosas.
¿De qué manera cree que el neurocientífico Stanislas Dehaene contribuyó a este diálogo a partir de sus investigaciones?
Él es uno de los nombres mayores de las neurociencias, porque se dedicó a estudiar capacidades únicas del ser humano, como la capacidad de leer o las matemáticas, estudiando el origen cerebral de estos procesos. Sus descubrimientos no sólo iluminan los engranajes del cerebro humano, sino que brindan además un basamento para encarar la enseñanza de la lectura, y para atender a lo que muchos llaman “neuro-educación”. Esto, además, posee transcendencia filosófica.