El padre Emiliano Hong, capellán de la Facultad de Derecho, nació en Corea el 11 de septiembre de 1973. Se crió dentro de una familia muy tradicionalista. “Mis abuelos eran de religión confucionista, eso significa que son ateos, tomaban al cristianismo como algo venido de occidente, como una especie de invasión cultural, no les gustaba mucho la idea. También en mi familia hay cristianos”. Emiliano perteneció a la religión protestante hasta los 15 años, cuando junto con su familia vino a vivir a la Argentina, en donde se bautizó y se convirtió al catolicismo.
“Juan pablo II es el comienzo del germen de mi conversión”. El Papa ha conquistado su corazón desde aquella primera vez en que lo vio en Corea en el año 1984, cuando tenía apenas nueve años y era protestante. “Me contaron quién era el Papa, qué iba a hacer a Corea. Fue como la primera vez en la que la sociedad coreana se dio cuenta de que la Iglesia católica existía en mi país. Me dieron muchas fotos de Juan Pablo II pero me dedique a pintarle bigotes. Mucha indiferencia por mi parte”.
Pero esa visita del Santo Padre despertó en Emiliano cierta curiosidad. Fue su primer contacto con el catolicismo. Vio cómo era una misa, que era una canonización, sin saber que aquel mártir, que iba a ser santo, pertenecía a su familia. “Presencie la canonización por televisión sin saber quién era el Papa, sin saber qué era una misa. No sabía nada. Nunca había visto cosa más excéntrica, y más rara. Me impresionó la piedad, el ambiente familiar que se vivía entre los católicos, cosa que no había visto entre los protestantes”.
Lo que más le impactó sobre Juan Pablo II en su visita a Corea fue el gran esfuerzo que hizo para conocer la cultura y por intentar decir frases en coreano. “Nos habían visitado muchos líderes del mundo pero ninguno había hecho tanto esfuerzo como el Papa por adaptarse a la forma del país. Se hizo uno más. Eso me llamo la atención”.
La vocación al sacerdocio la sintió cuando estaba estudiando en la Facultad de Ciencias Económicas. “Estaba en el 1º año de la facultad cuando conocí al Opus Dei y eso me abrió muchos horizontes de santidad y de apostolado, de vivir con Dios”. La decisión de ser sacerdote se concretó con la llamada del Obispo Prelado en el año 1998. Ahí se decidió y se fue a estudiar a Roma.
Su primer contacto personal con el Papa fue cuando había sido invitado como delegado de los estudiantes de la Universidad a una audiencia especial para la Università della Santa Croce. “Estaba tan nervioso que le quería contar un montón de cosas, y sólo le pude contar algunas: que venía de Corea, que lo había visto en el año 84, que era converso porque era protestante. Le pedí que rezara por la iglesia en Corea. Juan Pablo II me hizo una señal de la cruz en la frente. Me recibió con muchísimo cariño, se detuvo mucho rato conmigo porque los demás eran más o menos normales, había algunos españoles, italianos, que estaban estudiando allí. Yo era un poco el exótico. En ese encuentro me di cuanta con más claridad que era padre. Me acogió”. Fue su encuentro más cercano con el Papa.
En el Jubileo del año 2000 lo que más lo emocionó fue ver a Juan Pablo II abrir la puerta santa de San Pablo junto con representantes de distintas religiones. “Tuvo para mi una significación enorme porque fue una ceremonia ecuménica. Me sentí especialmente interpelado, ver ahí a mi ex representante de la comunidad a la que yo había pertenecido antes, verlos rezar juntos. Eso me marcó mucho”.
En la educación universitaria el Padre Emiliano considera que el Papa ha difundido y fomentado el desarrollo de la investigación del humanismo cristiano. “Juan Pablo II impulsó la idea de que el cristianismo no estaba sólo en la enseñanza de la teología o de la religión sino que debía impregnar cada aspecto de la ciencia.
El cristianismo tiene cosas que decirle al mundo. Y no sólo en la religión sino en la antropología, en el derecho, en la filosofía, en la sociología, en la economía. Estamos llamados para mucho más que unos fines mediatos, materiales”.
“El Papa conquistó el corazón de los jóvenes. Llegó a ellos por la forma en que se dio y se volcó. Se hizo entender”. Para el Padre Emiliano a los adolescentes se la conquista con el entusiasmo y con el corazón. “El Papa ha sido la palabra de Dios en el siglo XXI. Nos quiso comunicar que se podía luchar contra corriente y que era posible volver a entusiasmar a la juventud”.
Considera que el Papa tuvo pasión por la verdad. “Si la ciencia lleva a la verdad nos termina llevando a Jesucristo. Juan Pablo II no tuvo ningún miedo, ningún pudor en tocar temas políticamente incorrectos, si se pueden llamar así, como por ejemplo el tema de la evolución, de la ciencia, del descubrimiento de los orígenes del cristianismo, El Papa fomentó mucho que se investigara eso porque no tenía ningún miedo a la verdad”.
Juan Pablo II ha sido una figura influyente en la vida del Padre Emiliano. Para él el Papa, junto con San Josemaría han sido sus padres espirituales. Para él es EL PAPA. “Siguió todo mi itinerario espiritual.. Es el único Papa que he conocido”, ha estado desde el inicio de su entrega a Dios.