La Maestría en Agronegocios del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral (CEAg) desarrolló la jornada abierta “Impacto del mercado cambiario en las perspectivas del sector agropecuario”. En este marco disertaron el Director del Departamento de Finanzas de la Universidad Austral, PhD Marcelo Rossi, y el Cont. Pub. Dante Romano, Director del informe “Austral Agroperspectivas” y Profesor del Centro de Agronegocios de la misma Casa de Estudios.
En su exposición trataron temas de gran envergadura, entre ellas, las razones que llevan a una devaluación acelerada; la flexibilización de las restricciones a la compra de divisas; las tendencias en materia de emisión y disponibilidad de reservas; la estructura financiera de los negocios agropecuarios y el impacto de la devaluación en los mismos; los incentivos que genera esta situación; y la conveniencia de vender o retener.
“Hoy no vale la pena ponerse a discutir si el dólar en Argentina es causa o consecuencia de los males de la economía o una variable utilizada políticamente. Lo cierto es que al menos 33 años de relación entre inflación y tipo de cambio muestran una correlación perfecta y estadísticamente difícil de encontrar entre otras variables”, manifestó Marcelo Rossi.
Asimismo, afirmó que “a partir de la pérdida de los superávits gemelos, el gobierno ha venido utilizando la emisión monetaria como fuente de financiamiento, entre otras cosas, sin casi ningún factor de absorción ante un consumo que siempre se mantuvo elevado. La tasa de interés, negativa frente a la inflación, poco frenó semejante avalancha de pesos no deseados, cuando ya no podían refugiarse en el mercado inmobiliario –mal herido a partir del cepo cambiario – o los automóviles, impactados por una suba de impuestos que partió al medio la oferta de marcas y modelos.”
También hizo referencia a los anuncios del gobierno y sus efectos sobre el dólar: “Los anuncios del gobierno, llevando el dólar a $8 e intentando flexibilizar la compra de dólares para atesoramiento, no logran despejar la duda de si se habrá alcanzado un valor competitivo para nuestras exportaciones, habida cuenta que el peso ha perdido casi siete veces su poder adquisitivo comparado con finales del 2001. Sumado a que la tan preciada convergencia en un solo valor para todos (borrar la brecha con el informal) no parece cercana en la medida que en la práctica se han verificado más restricciones que flexibilidades.”
Finalmente predijo una posible tendencia de tipos de cambio en el futuro. “La tasa de interés, variable clave para las expectativas, definitivamente parece encaminarse a superar la inflación, lo que augura menos pesos para el consumo y más para la inversión, restando poder de fuego a la expansión del tipo de cambio. Pero de no mediar buenas noticias en el frente externo (arreglo con el Club de París; cuestiones en el CIADI, Repsol, etc.) que permita que los dólares fluyan al país, sólo puede esperarse que sea una buena predictora de tipos de cambio futuro, por cierto altos.”
“Mientras tanto, nadie quiere pesos y el stock de dólares parece depender más de las buenas cosechas que de decisiones de política monetaria. En fin, todos estos días de lluvia quizás sean una buena noticia en este aspecto”, culminó Rossi.
Perspectivas de la campaña 2014/15
Por su parte, Dante Romano, Director de la newsletter de agro “Austral Agroperspectivas”, quien también realiza los informes agropecuarios cada día por LT3, aseveró que el productor venía ahogado por una inflación en dólares: “la inflación en pesos superaba a la devaluación, y por esto sus costos en dólares crecían”, lo cual puede observarse en los gastos de estructura que subieron tan o más rápido que el resto de los costos, y recordó que “del 2004 al 2011 los precios subían, pero los valores se estabilizaron en dólares en los últimos años y los costos siguen creciendo”.
Respecto a la campaña 2013/14, subrayó que “se sembró a sabiendas de que para ganar había que conseguir vender soja a 320 U$S/tt cundo el precio nunca sobrepasó los 300 U$S/tt”. A su vez aseveró que la devaluación que se proyecta a cosecha, teniendo en cuenta que gran parte de los costos ya se incurrieron a un tipo de cambio de 5,5 / 6, baja a 270 U$S/tt.”
Pero, según Romano, no todos los productores se beneficiarán por esto. “Si para cubrir los costos se vendió soja, o se liquidaron dólares, el efecto es neutro. En cambio quienes se financiaron en pesos a tasa fija se vieron beneficiados.”
La nueva campaña plantea el desafío de que se sembrará con un tipo de cambio de $8, pero ¿a qué tipo de cambio se venderá la soja? A juzgar por el tipo de cambio futuro, habrá una devaluación importante, pero ¿será mayor? Estamos hablando del tipo de cambio de mayo del 2015, que muy probablemente sea mayor al que imaginamos hoy.
Frente a estas perspectivas, Romano aconseja: “para aprovecharlo (el tipo de cambio futuro) habría que volver a endeudarse en pesos a tasa fija, pero el aumento de tasas y la menor liquidez que se generó como medidas complementarias a la devaluación encarecieron y redujeron la disponibilidad. Por esto el 2014/15 se plantea complicado”.