Mantener al equipo de trabajo motivado detrás de un objetivo requiere escuchar primero sus deseos e intereses.

Por Fernando Preumayr

¿Qué hace que muchas empresas capten el interés y la voluntad de todos sus miembros? ¿Por qué en algunas de ellas encontramos buen ambiente, deseos de colaborar, iniciativas y propuestas y en otras no?

No creo que haya un solo factor que lo defina pero me animaría a ensayar una hipótesis después de haber estado tiempo en contacto con la dimensión humana de las mismas, sean del ambiente rural como no.

A mi juicio marcaria una diferencia esencial entre aquellas que tienen lo que llamaríamos un PROYECTO y aquellas que no lo tienen. ¿Ahora cómo explicar esta idea de proyecto?

El proyecto en otras palabras sería como ese sueño, esa sana ambición de crecer e ir a buscar un mejor futuro que tiene todo emprendedor. Un proyecto sin embargo, que más allá de su propio interés, involucre desde el arranque a todos los que juegan el partido con él. O sea un futuro compartido con todos y cada uno, de abajo a arriba. Solo así se convertirá en inspirador y convocante.

Un empresa tiene futuro no solo cuando el mercado le resulta favorable, la demanda de sus bienes o servicios es requerida, o sus fórmulas de ingreso/costo dan bien. Tiene futuro por sobre todo cuando vemos un horizonte detrás del cual seguir, que nos atrae y obliga a pensar en grande. Es aquello que hace que las personas no vivan “midiendo el esfuerzo”, haciendo una contabilidad de su trabajo y aportes.

Hay proyecto cuando hay liderazgo e influencia concreta sobre las personas, sobre el equipo. Las características que definen este liderazgo positivo es la capacidad de mirar y ver más lejos. Esto es lo que se contagia, esta actitud que mueve a la gente a ir detrás de los objetivos sin estar permanentemente mirando atrás.

Proyectos vivos Esto se percibe inmediatamente cuando se visita y recorre una empresa, es algo que para un buen observador entra por los poros, se nota en la forma de comunicarse de las personas, de asumir las tareas o encargos, de recibir comentarios y aportar sugerencias, de resolver los temas conflictivos. El ambiente habla por sí mismo.

Los sueños compartidos transforman la obediencia en compromiso, la buena voluntad en acciones, los deseos en realidades.

Ahora bien, ¿qué condiciones debe reunir un proyecto para ser atractivo para las personas? ¿En qué cosas demostramos la consistencia de la propuesta?

La oportunidad de Progreso profesional o la posibilidad de demostrar mi capacidad para hacer aquellas en que me siento capaz.

El progreso profesional y el personal van de la mano. Hay cosas que todos anhelamos y una de ellas es que nos dejen desenvolvernos en algo en que nosotros mismos nos sentimos aptos y capacitados. Estar metidos en algo que conocemos y gozar de un mínimo de autonomía para hacer y proponer es fantástico.

Sin embargo no todos los ambientes lo permiten, en muchos trabajos solo se trata de seguir el manual o recibir órdenes sin corrernos de la línea marcada!! No se trata de proponer cosas raras sino de tener la posibilidad de participar de otra manera en el trabajo, de sentirnos un poco dueños de ese espacio. Crecer en lo nuestro se convierte así en un camino de dos perspectivas , la profesional y la personal.

Ambiente flexible y favorable, un lugar respirable El ambiente en que trabajamos hace mucho (a veces todo) a que las personas puedan sentirse cómodas y a gusto, sin que esto implique menor dedicación. Poder “respirar” en el trabajo es eso justamente, no dejar de ser quienes somos, tener la posibilidad de poner lo mejor de nosotros mismos a la par de las exigencias. Si el ambiente es hostil y duro, poco flexible es inevitable que terminemos cuidándonos y a la defensiva. Poner a las personas en esta posición es fatal, trae como consecuencia enrarecer el ambiente y que todo el mundo esté pensando donde esconderse y desaparecer. La tensión de un ambiente de toma y daca disuelve la iniciativa. Sacar a las personas de esta posición defensiva es el secreto para mejorar el ambiente.

Exigencias a la par de la formación y autonomía para decidir en el área de responsabilidad Tener acceso a formación y capacitación es otra puerta para abrir, porque todo encargo o tarea necesita como contrapartida el apoyo del conocimiento y capacidad para poder hacer las cosas bien. Las exigencias son bien vistas si están apuntaladas de esta forma, no ya por una ocurrencia personal sino como fruto de una misión de todos que va más allá de una persona.

Dar y exigir es justo. Sin suponer que “ya sabe, debería imaginarse como se hace, es una pavada” o expresiones del estilo.

Retribución ajustada al tipo de motivación personal La retribución económica es clave, pero no es todo. La motivación de las personas es una suma de cosas que interesan y por las cuales se está dispuesto a movilizarse. Si el trabajo y el ambiente es atractivo significa que la gente trabaja también allí por otros motivos. Retribución es también sinónimo de considerar el tiempo libre, contar con un esquema de francos lógico que permita alinear trabajo y vida personal.

Se retribuye por otro lado con promociones y encargos que tienen valor para cada persona en particular porque tiene en cuenta su carrera y desarrollo.

Sentido de equipo, reciprocidad y correspondencia Además de las motivaciones personales de las que ya hablamos también tenemos la necesidad de saber que trabajamos con un grupo que nos apoya y sostiene. El espíritu de equipo tiene mucho valor para todos y cada uno, pero depende también del grado de nuestra actitud y reciprocidad. Tener en cuenta a los demás termina siendo una inversión que da retorno seguro. Este sentido trascendente nos hace sentirnos una sola cosa para enfrentar cualquier desafío y es algo que se debe promover.

Aquí enumeramos algunos de los aspectos clave, esto no pretende ser una norma, son cosas que he encontrado como denominador común en esas empresas en las que “da gusto trabajar”.

Esto no se construye de un día para otro, lleva tiempo, dedicación, buen espíritu y generosidad además de una cuota de liderazgo indispensable.

Construir Empresas a Escala Humana implica trabajar duro para que buena parte de estas condiciones estén presentes en nuestra empresa. Esto nos hara atractivos, buscados y los temas de conversación dejaran la perspectiva del conflicto continuo para ir por la de la mejora sostenida.

Clarín Rural / 30-03-2017