El economista y creador de empresas, innovación y tecnologías exponenciales aplicada a los negocios asegura que los grandes monopolios como Facebook o Google van a desaparecer dentro de unos años ante un cambio de paradigma en la forma de entender al mundo digital a partir del blockchain. Y promete que será tan revolucionario como internet.

Le propongo un ejercicio simple. Imagínese una red social que le pague cada vez que usted publica un post. Que todas esas horas que pasa frente a la pantalla del celular -sea por soledad, ansias de protagonismo o diversión- le fueran remuneradas en función de los contenidos que genera. La escena bien podría pasar por una de esas reseñas literarias de ficción científica del genial escritor polaco Stanislaw Lem. Pero no.

«El tiempo que hoy empleamos gratis en Facebook se verá en 20 años como la esclavitud del siglo XVIII», dice en una temeraria afirmación Federico Ast, un argentino talentoso de 37 años, a quien por su extenso curriculum es difícil de encasillar. Graduado en economía y filosofía en la Universidad de Buenos Aires, podríamos decir que su especialidad es la creación de empresas, innovación y tecnologías exponenciales aplicadas a los negocios, como la inteligencia artificial, bitcoin y blockchain.

Precisamente, la conclusión de Ast ante 3Días es que más allá del daño que pueda haberle causado a Facebook el escándalo por la filtración de datos, la mayor red social del planeta podría desaparecer dentro de unos años debido a un cambio de paradigma en la forma de entender al mundo digital a partir del blockchain, el sistema de codificación de la información que utilizan las criptomonedas como el bitcoin, pero con un potencial inmenso y más amplio. Ast afirma que el blockchain es la tecnología que mayor impacto tendrá en los próximos 20 años. Sus efectos -diceserán disruptivos en las industrias de finanzas, leyes y gobierno, que hasta el momento estuvieron relativamente a salvo de la revolución digital. Triunfo que no necesariamente podría alcanzar el bitcoin, aclara.

Para quienes no tienen idea de lo que es el blockchain, Ast -que además es profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral y dará un curso gratis sobre el tema en Coursera (ver aparte)- ensaya una explicación sencilla: «Es una tecnología que permite mantener una base de datos compartida entre muchas computadoras sin que ninguna de ellas la controle. No hay un dueño o rey como en Facebook, en Uber o en Airbnb, al que se le debe pagar peaje cada vez que quiero

pasar por su autopista. Con blockchain hay muchos caminos, no una sola ruta para comunicarme con otros. Ninguno monopoliza la autopista y yo puedo ir por cualquier camino. Entonces, los usuarios somos los dueños de la red. El tipo que hace el laburo de verdad -sea el conductor de un auto en el caso de Uber o el tipo que produce los contenidos de FB, se queda con toda la plata», explica. Vale aclarar, para no entusiasmarse antes de tiempo, que se trata de una tecnología nueva, que recién está empezando a construirse. «Son nuevas pero van a funcionar y probablemente en algún tiempo no habrá más Facebook, ni Uber, y la economía se va a regir por estas plataformas descentralizadas», explica. Casi tan revolucionario como el uso de las computadoras personales o la aparición de internet.

Ast también es fundador de Crowdjury y Kleros, dos proyectos que utilizan el blockchain para la transformación de los sistemas legales y de justicia. En diálogo con 3Días, el especialista explica como se concretará esta descentralización de datos, en tiempos en que los monstruos como Facebook o Google saben todo sobre nuestras vidas.

¿Por qué impacta tanto el escándalo por la filtración de datos en Facebook? Cuando un usuario postea sobre su vida privada, ¿no lo está haciendo público?

-Cuando uno se suscribe a Facebook acepta los términos y condiciones del servicio, que incluyen el derecho de usar tus datos para una serie de fines, entre ellos, la venta de publicidad. Y uno se hace responsable de eso. Si alguien no está de acuerdo, el consejo es que no use Facebook. Algo complicado porque uno se queda afuera de todo. El problema acá es el poder que tiene Facebook. Pensá que esto está pasando en una empresa que es casi un Estado. Con 2000 millones de usuarios es más grande que China y sabe todo lo que hacemos, dónde estamos, con quién estamos, cuánto ganamos, por dónde viajamos, con quien nos relacionamos, sin rendirle cuentas a nadie.

El denunciante de Cambridge Analytica, Cristopher Wylie, dijo que con los datos de FB podían meterse en la psicología de las personas al punto de incidir en el ámbito político y torcer elecciones. ¿Coincide en que sin esas acciones el Brexit no hubiera existido?

-Eso entra en el terreno de la especulación más absoluta. Lo que sí puedo decir es que no creo que exista en Facebook una intención conspirativa. Es una firma que hace negocios, no es la CIA. El problema es que nadie sabe bien cómo funcionan los algoritmos que definen tu feed. Se descubrió que esos algoritmos le daban a la gente sólo la información y comentarios de las personas que estaban de acuerdo con ellos y no la visión del otro lado. Con la elección en los Estados Unidos, donde ya había una división social muy grande, el algoritmo generó una división mayor. Después, pensar si ganó Trump porque Facebook manipuló los feeds de los usuarios es más difícil de comprobar. Lo que está claro es el poder que tienen estas plataformas.

¿Cómo pueden protegerse los usuarios?

-En el día a día, la gente no tiene que compartir lo que no quiere que alguien sepa. Es algo de sentido común. De todas formas, por el sólo hecho de tener la aplicación de Facebook en el celular, sin publicar nada, ellos ya saben por dónde uno se mueve. No hay forma de escapar si no es saliéndose del sistema por completo. No parece ser la solución. Lo que hay que plantearse es por qué hay una empresa privada con un poder tan grande y sin rendirle cuentas a nadie. Es por eso que a largo plazo, sugiero prestar atención al blockchain que va a reemplazar a estos grandes monopolios mundiales como Facebook, Google, Uber o Airbnb, que sólo son intermediarios de la economía y se llevan todas las comisiones por no hacer nada.

¿Facebook y Google van a desaparecer?

-Todas las empresas pasan por ciclos muy rápido de nacimiento y muerte. Pero lo que está pasando con el blockchain es disruptivo porque es una tecnología que se puede usar para descentralizar una serie de plataformas tecnológicas que hoy existen en Internet. Imaginate un Facebook igual a Facebook en todo pero que en vez de tener un dueño como (Mark) Zuckerberg lo que tiene es una cooperativa en la cual los usuarios son los dueños. En lugar de que la plata de la publicidad vaya para Zuckerberg, uno recibiría un micropago por el contenido que genera en función de determinada cantidad de likes. Pensá el tiempo que uno pasa en Facebook para generar contenidos gratis. Si a vos te pagaran por esos contenidos, cambiaría de una manera radical la distribución de ingresos a nivel mundial. Hoy estamos trabajando gratis en Facebook. El tiempo que hoy pasamos gratis en Facebook se verá en 20 años como la esclavitud del siglo XVIII. Va a ser inconcebible que se haya trabajado gratis en las redes durante tanto tiempo.

¿La filtración que se dio en Facebook no puede darse en la tecnología blockchain?

-La tecnología del blockchain y las criptomonedas es la más segura que existe para transferencia de dinero y para dejar los datos. Pero como toda tecnología nueva es incomprendida, genera temores y distintas fantasías como la que sostiene que solo la usan los narcos o los evasores. También, por ser nueva es imperfecta y requiere mejoramientos continuos. Pensemos en Internet en el año 92. Era lenta y poco segura. Pero fue mejorando. Con blockchain pasa lo mismo, es algo muy nuevo que irá mejorando y va a cambiar el mundo.

Docencia sobre blockchain

Entre los múltiples emprendimientos y desarrollos que genera, Federico Ast se hace tiempo para la docencia. Ahora acaba de armar un curso sobre blockchain en Coursera, una plataforma de educación online, producido por el IAE y la Universidad Austral. «Es el primero que se da en castellano sobre blockchain. Te diría que es casi un orgullo de la industria educativa argentina», dice con entusiasmo a 3Días.

Según explica, está dirigido a toda clase de público: desde personas que jamás oyeron hablar de blockchain hasta expertos que deseen tener un panorama amplio de su potencial. Las cinco semanas del curso ofrecerán un amplio panorama teórico y práctico del impacto del blockchain en el ámbito legal, tecnológico, económico y social.

«El bitcoin es sólo la punta del iceberg de un fenómeno mucho más grande. Bill Gates, Richard Branson, Julien Assange y Al Gore son algunas de las personas que creen que esta es una de las tecnologías de mayor potencial de transformación de los próximos años», culmina.

Más información en : www.coursera.org/learn/blockchain-espanol

El Cronista / 06-04.18