Sofía Rodríguez Lira es graduada de la promoción 2008 de la Facultad de Ciencias Empresariales (FCE). Luego de trabajar cinco años en Willis Towers Watson, está realizando un MBA en el IESE Business School y recientemente, gracias al programa Career Services de esta escuela de negocios, comenzó una pasantía en Madrid para una consultora estratégica.

“La decisión de ir al IESE fue muy similar al proceso en el cual elegí la Austral. Quería que esos años que iba a dedicar a capacitarme no fueran únicamente académicos sino también en valores. Quería rodearme del mejor talento posible para poder crecer estos años como mejor profesional y líder”, explica.

Sofía se define como una persona “curiosa, resiliente y emprendedora”. Eso hace que siempre esté buscando nuevos desafíos y tratando de rodearse de gente con las mismas ambiciones. “Busco que cada proyecto que emprendo genere un impacto positivo. Ese es el legado que quiero dejar”, explica.

Luego de terminar la Licenciatura en Ciencias Empresariales, cursó un año más para recibir el título de la carrera de Contador Público. Esa decisión le permitió tener una base académica “mucho más sólida”. Recuerda a la FCE como “un espacio donde tenés a tu disposición todo lo que necesitás para ser el profesional que quieras ser. Depende de uno saber aprovechar esos recursos y hacerlos dar frutos”.

Mientras estaba cursando, Sofía trabajaba medio tiempo en un estudio contable. Luego, ingresó en Willis Towers Watson por una búsqueda que le refirió una compañera de la Universidad. “La red sólida de contactos y de puertas que abren oportunidades es algo más que le agradezco a la Austral”, explica.

En Willis Towers Watson trabajó durante cinco años. Comenzó su carrera en Finanzas, sector en el que pudo comprender las “dinámicas y políticas del mundo corporativo”. Tras esa experiencia inicial, se incorporó al sector de Operaciones como Change Manager para toda Latinoamérica. “En este rol tuve la tarea de centralizar toda la operación de reaseguros de Latinoamérica en un centro de servicios compartidos en Buenos Aires. Fue un proyecto que duró dos años e implicó migrar la operación de seis oficinas. Tuve que ser muy auto-didacta y aprendí lo importante que puede ser la comunicación en un proyecto de este alcance”, relata.

Sofía cuenta que en 2017 decidió empezar el MBA porque le parecía importante frenar unos años su carrera para seguir formándose, para “re-enfocar” y diseñar su plan profesional para los próximos años.

“Tanto en lo laboral como cursando el MBA con estudiantes de todo el mundo, siempre estuve a la altura de las circunstancias, y sé que eso se lo debo mayormente a la calidad académica que recibí en la Austral”, señala.

En abril de 2019 participó de Masters Argentina, una conferencia que convoca a todos los argentinos estudiantes de masters en el exterior. En esta oportunidad fue en Washington, donde se encontró con otros graduados de la Universidad Austral. “Pude compartir el fin de semana con ellos y fue muy enriquecedor ver los diferentes caminos por donde nos llevó nuestro paso por la Universidad”, recuerda Sofía.

Además, reflexiona acerca de sus proyectos y afirma que en el mediano plazo apunta a hacer carrera en consultoría estratégica en España. Luego, a largo plazo, quiere trabajar en consultoría orientada a proyectos de impacto social. “Me encantaría trabajar por nuestra Argentina desde ese ámbito, sea en lo público o en lo privado”.

Sin dudas, para cumplir ese proyecto ya está preparada: “Estoy convencida de que lo mejor que me dio la FCE es la formación humana y en valores. Es el valor agregado que nos distingue como profesionales”.