La nueva edición del Índice AgBarometer del Centro de Agronegocios y Alimentos muestra que la confianza de los productores agropecuarios, luego de haber tocado un piso en junio, continúa manteniéndose en niveles bajos y estables.

Se observa un impacto del clima en los rendimientos esperados, aunque ha sido más que compensado con la suba de precios y se esperan mejores resultados económicos que en la campaña 2019/2020.

Las perspectivas de una rentabilidad razonable, por los mejores precios, no se traduce en una mejora en el sentimiento de confianza debido a la incertidumbre que enfrentan los productores en términos de políticas dirigidas al sector.

Los productores no se han apurado a fijar el precio a la cosecha gruesa. La mayor parte de la soja y maíz 20/21 aún no tiene precio fijado. Temen que a corto plazo aumenten las retenciones y se fijen cupos a la exportación lo que generaría un impacto negativo sobre los precios y la rentabilidad. Ante posibles intervenciones que cambien la relación de precios granos/carnes, la transformación local aparece como una potencial estrategia.

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