En una jornada de reencuentro y celebración, el Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral celebró su aniversario n. º 25 en conmemoración del inicio de su labor como unidad académica de la Universidad en 1994, y reunió a graduados, profesores, alumnos, entre otras personas que colaboraron con la labor y el crecimiento del Instituto durante todos estos años.
El Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral festejó sus 25 años de vida institucional desde su creación en 1994, reuniendo a toda su comunidad de alumnos, graduados, docentes, y demás colaboradores en el edificio de grado del Campus Universitario en Pilar. El festejo se realizó luego de una Jornada de Actualización en Orientación Familiar, que tuvo lugar durante el pasado jueves 27 y el viernes 28 de junio.
Luego de configurarse como una importante unidad académica dedicada al estudio de la familia y las relaciones interpersonales dentro de la Universidad Austral, el ICF ha contribuido a lo largo de estos años con la formación de profesionales comprometidos con las problemáticas que enfrentan los matrimonios y las familias argentinas, así como también con el desarrollo de las ciencias para la familia mediante la investigación, la labor académica y el servicio a la sociedad.
El rector de la Universidad, Julián Rodríguez, brindó un discurso de apertura durante el festejo, y destacó la importancia de la transmisión de conocimientos sobre la realidad de la familia basada en evidencias científicas y no en ideologías, y explicó que dicha base es necesaria para la formación de especialistas en familia con rigor académico, científico, multidisciplinar e interdisciplinar, que permitirá que sea posible participar en el debate de las ideas y en la construcción de políticas públicas. Por último, agradeció a todos los que colaboraron durante estos 25 años para llevar adelante el Instituto, e hizo un reconocimiento especial a la decana, Lorena Bolzon, por su compromiso con la unidad académica y con la Universidad.
El ICF cuenta con más de 400 egresados de 9 países de América Latina y Europa en sus carreras de Ciencias para la Familia y Orientación Familiar, que actualmente trabajan por la familia desde distintos ámbitos de la sociedad. Los licenciados en Ciencias para la Familia son profesionales con enfoque macro que estudian la realidad familiar y sus dinámicas desde diversos marcos teóricos, mientras que los licenciados en Orientación Familiar son profesionales con sólida formación en competencias para la prevención de conflictos y la intervención en problemáticas familiares.
El orientador familiar y responsable del área de Graduados del ICF, José María Randle, ofreció una conferencia durante la Jornada de Actualización, en la cual insistió en la necesidad de “familiólogos y graduados que se comprometan, entregándose, dando el paso al vacío”, y que “enciendan otros fuegos”. El orientador familiar también anunció la creación de una red de orientadores familiares graduados de la Universidad Austral en la Argentina, y junto con María Manson, gerenta de Graduados y Desarrollo Profesional de la Universidad, hablaron sobre la importancia de generar vínculos entre los graduados y sobre la plataforma de la que estos disponen. #GraduadosAustral busca crear una red de contactos para graduados de la Universidad y brindar un espacio para el desarrollo de las competencias profesionales, mediante la interacción con empresas, instituciones, y organizaciones de la sociedad civil.
Durante el transcurso de la Jornada y el festejo hubo otros oradores que brindaron conferencias y clases formativas acerca de las implicancias de la orientación familiar en el mundo actual. El Dr. Cristian Conen, profesor e investigador del Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana, recalcó la importancia de que los orientadores capten “la intención amorosa en las personas”, la cual «contiene tres aspectos: querer el bien, trabajar por el «nosotros», y responsabilidad».
La Mag. Dolores Dimier de Vicente, secretaria académica del ICF de la Universidad, indicó lo fundamental que resulta ser la presencia de la calidez humana y la “coexistencia armónica de apertura e intimidad” en el ejercicio profesional. “Para que el orientador logre crear este ámbito de encuentro interpersonal, demanda de un trato delicado fruto de una especial sensibilidad perceptiva y comprensiva, una capacidad de empatía y una comunicación interpersonal, existencial y profunda”, subrayó.
Verónica Toller, directora del Observatorio de Vulnerabilidad de la Universidad, insistió en el poder que tiene la palabra, e invitó los presentes a reflexionar sobre la responsabilidad, inherente a la profesión, a la hora de comunicar las temáticas que les competen en un contexto plural.
Por su parte, la Dra. Paola Delbosco, profesora de la Universidad, ratificó el papel importante que mantiene la familia en la sociedad, y advirtió sobre la crisis que está sufriendo debido al surgimiento de nuevas formas de pensamiento. “La misma sociedad que necesita desesperadamente de buenas familias para que los chicos estén cuidados, bien recibidos, bien alimentados, que los envíen al colegio y tengan el estímulo, el acompañamiento y el reconocimiento para terminar bien su período de formación y entren a la vida adulta; esa misma sociedad infecta las bases por donde deberían salir las personas que deberían [poder] formar sus familias, y hasta se les reduce esta posibilidad”, razonó.
“La familia es necesaria para la vida humana plena [ya que] ahí encontramos nuestra grandeza y nuestra realización. Una sociedad necesita de las familias. Este es el canto afinado, digamos, que tenemos que entonar anticipándonos a la cacofonía, y manteniéndonos aún frente a la ella. Si lo hacemos juntos, eso va a funcionar”, concluyó.