Por la O.F. Susana Stock
Le pregunto a Ramiro de 8 años: “¿quién es tu héroe?” Me responde con ingenua certeza: “Mi papá”.
Esto, me lleva a pensar si cuando sea adolescente, la respuesta será la misma. Es probable que no. Pero ciertamente lo será, cuando Ramiro sea padre. Cuando él haya entendido cuán importante ha sido su papá en su vida. Un referente. Un ejemplo a seguir, de carne y hueso, con errores y aciertos teniendo la convicción de que “papá” ha dado lo mejor de sí para que hoy, él sea quién es.
Pero para llegar a este reconocimiento, merecido y esperado, faltan muchos años. Porque somos así. La vida es así. Un devenir de hechos que hacen que, el verdadero sentido de la vida, lo encontremos a la vuelta de la esquina. Tardamos en darnos cuenta dónde está la verdad aunque sepamos, en lo más íntimo, que la verdad está tan cerca nuestro que no llegamos a valorarla… ¿o sí?
No se puede desconocer que a lo largo de la vida, los sentimientos de los hijos hacia su “héroe” pasa por estadios capicúa: amado – rechazado – amado, dependiendo de su edad, es decir, si es niño, joven o adulto, respectivamente.
Me encantaría poder explicarle a Ramiro que su papá, como el de todos, siempre será su “héroe”.
Porque…
Papá es quien calienta la mamadera de noche y espera en silencio cuando salen a bailar.
Papá es quien se va a la mañana temprano – llueve, truene o haga calor – para ir al trabajo.
Papá es quien tiene la palabra justa en el momento apropiado por más que no nos guste lo que dice.
Papá es quien, tal vez, no diga o haga lo que queremos escuchar o ver pero en definitiva, lo que dijo o hizo fue lo mejor.
Papá es quien grita o calla, quien observa o se hace el distraído mientras aprendemos a ser grandes.
Papá es quien acompaña o “suelta” para que seamos libres y autónomos.
Papá es quien llora en silencio cuando las cosas no salen bien.
Papá es quien sufre cuando sufrimos.
Papá es quien daría su vida por vernos felices.
Papá es quien abraza con los brazos, con una palmada… o con el alma.
Papá es papá porque hay un hijo. Un hijo a quién cuidar, por quién velar, para quién vivir y también, por quién elegir cómo querer hacerlo.
Tal vez, no sea el que soñamos o necesitamos… Tal vez, no sea el “héroe” que imaginamos.
Pero de algo hay que estar seguros… es el mío, es el de Ramiro, es el tuyo…
Y la verdad es que Ramiro tiene razón… su héroe, como el de cada uno de nosotros, siempre será “PAPÁ”.
Por estar en las buenas y en las malas…
Por acompañar cada logro y abrazar cada lágrima…
Por sonreír en las tristezas y emocionarse en las alegrías…
Por enseñarnos a ver el sol en las tinieblas y a aceptar la tormenta en el resplandor del día…
Por ser el norte que marca el camino de la vida en búsqueda de ser feliz…
Por ser parte de la familia en donde nacemos, crecemos y somos amados… ¡GRACIAS!
Ser padre, tanto como ser madre, es la génesis de una historia familiar que, a partir de las suyas, supieron compartir y escribir en gerundio para que mañana, Ramiro y otros, sepan escribir la propia.
Trascendemos como padres, cuando los hijos diseñan su propia vida en función de cada aprendizaje, de cada palabra y de cada ejemplo que supimos darles.
¡Feliz día del padre!
La O.F. Susana Stock, es Coordinadora del Centro de Orientación Familiar “El Rocío”, un Proyecto solidario de la Universidad Austral que atiende y acompaña a familias en situación de riesgo y en estado de vulnerabilidad.