Cuatro exponentes de distintas religiones disertaron en la Universidad sobre el diálogo entre ciencia y religión. El panel fue moderado por el profesor Ignacio Silva, de la Universidad de Oxford, en el marco del seminario “Ciencia y Religión” organizado por el Instituto de Filosofía.

El rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, reconoció que desde joven “buscaba a Dios también en las ecuaciones”. Skorka se expresó como hombre de fe y en base a un camino muy cercano a él, ya que estudió Química y Ciencias Exactas. El Rabino citó a Nathan Aviezer, que muestra paralelos entre hechos que explican las religiones y la ciencia y que son irreversibles: “Que hubo un inicio, eso es así”.

Skorka explicó que las afirmaciones en ciencia se comprueban en laboratorio, y las afirmaciones de fe son de fe, y no tienen que ver con el laboratorio. “Pero fe no solo por Dios, sino también por valores. El que no es religioso no mata porque no le parece bien”, aclaró. Para los momentos en que ciencia y religión se unen, escogió la palabra hebrea de “besar”.

Asimismo, consideró que cuando alguien trata de hacer ciencia, puede salirse de una estructura lógica y llegar a un momento en que se pregunta “qué es esto”. “Cuándo nos adentramos profundamente en la ciencia, no nos olvidemos jamás de la humildad. La humildad es la llave para evitar la arrogancia”, concluyó.

El Lic. Gustavo Bize, Imán de la Asociación Islámica Yerrâhî de Bs. As. tituló su presentación “Islam y conocimiento: esbozo de una epistemología coránica y su proyección en el tiempo”. Bize, graduado en ciencias exactas y académico de la Universidad de 3 de Febrero, explicó que estos encuentros de ciencia y religión y su conciliación son impensables en el Islam. Su religión, explicó, nació con una vocación hacia el conocimiento: “La expresión ‘dotados de intelecto’ está presente en varias partes del Corán”. El Corán, explicó, también incluye llamados a que el hombre contemple la naturaleza y en ella a su creador. Además, recordó que entre los siglos IX y XIII el árabe era la lengua de los científicos y, entre otros, Bacon y Maimonides estudiaron y escribieron en árabe.

Para Bize, lo que importa en la relación ciencia y religión es la disposición interior respecto de la verdad.

“Ciencia y Religión en el protestantismo, rompiendo mitos vanguardistas” fue el título de la exposición del pastor Jerónimo Granados, quien explicó que habría que analizar en cada rama del protestantismo cómo se enfrenta el debate. “La historia del protestantismo en sí no presenta figuras científicas resonantes hasta el iluminismo y el romanticismos”, recordó, y presentó la figura de Friedrisch Schleimeiher, quien intentó acercar el mundo de las ideas científicas con el mundo del cristianismo. Según aclaró Granados, el esfuerzo de Schleimeiher fue muy grande, porque en el mundo protestante seguían discutiendo sobre la teología. Pero a partir de ese momento se empezó a estudiar la hermenéutica bíblica, es decir, la Biblia “científicamente”. Algunos, matizó, se rasgaban las vestiduras, pero el objetivo era que lo científico puede estar al servicio de la teología.

Miguel de Asúa, profesor católico, expuso sobre “Evolución y cristianismo. La visión de la Iglesia Católica”. De Asúa comenzó citando a Pío XII y su aclaración de que no prohibía que se trate la doctrina del evolucionismo entre hombres doctos, y a Juan Pablo II reconociendo que “la teoría de la evolución es más que una evolución”. Además, consideró al congreso sobre el tema organizado en 2009 en la Universidad Gregoriana, en conjunto con el Consejo Pontificio para la Cultura como un hito y un gesto muy importante, aunque lamentó que muchos católicos sigan negando la posibilidad de la evolución.

Hay autores, consideró de Asúa, que entienden a la evolución como la demostración de la no existencia de Dios, y hay creacionistas que serían lo opuesto a estos. La propuesta del académico es saltar la disyuntiva entre evolución y religión.

Sobre el final del encuentro hubo un momento para preguntas y debate.