Los contornos del mundo pos-Covid

 

Por: Mariano Turzi, profesor de Relaciones Internacionales de la Escuela de Gobierno

 

Los contornos de un mundo post-Covid se están terminando de perfilar en 2020. Y el contorno externo marca que la denominación “internacional” es cada vez más obsoleta para analizar su estructura y dinámica.

Desde mediados del siglo XIX a mediados del XX, “lo internacional” se enfocaba en las relaciones a través de las fronteras.

Las relaciones internacionales, intergubernamentales o interestatales, se refieren a las relaciones entre estados-nación soberanos. En el nivel internacional, el mundo es concebido como una multiplicidad de unidades separadas entre sí. Sus relaciones son solamente el producto de sus intereses (convergentes o divergentes) y las estrategias para preservarlos o expandirlos (cooperativas o conflictivas). El sistema en sí está vacío, no tiene una entidad ontológica propia.

Fue la Segunda Guerra Mundial y la posterior construcción y expansión del orden liberal lo que fue determinando el surgimiento de un nivel global. Organizaciones internacionales y actores no estatales transfronterizos (compañías multinacionales, ONG´s y hasta el crimen organizado trasnacional) han hecho más densa la red de la globalización. Las interconexiones aumentaron cuantitativa y cualitativamente.

Los efectos e impactos recíprocos también. Se pasa a una estructura que integra y conecta a todas las unidades en una red de interdependencia compleja. Más aún, tiende a disolverse una clara delimitación entre esas unidades interdependientes.

La globalización -como proceso económico o proyecto político- se concibe como una unidad: pierden relevancia las divisiones/diferenciaciones de base territorial soberana frente a cadenas globales de valor, cambio climático, invierno nuclear o pandemias.

La resolución conjunta a este tipo de desafíos alentó el desarrollo de una institucionalidad multilateral de naturaleza global que trascendió -normativa y operativamente- la dimensión estrictamente internacional y colocó temas, actores y recursos en el campo de lo global. La tecnología de la información a principios del siglo XXI dio un impulso y alcance nunca antes visto en la historia de la humanidad, a una velocidad y escala apenas comprensibles por el ser humano.

La pandemia global de Covid-19 fuerza a una tercera conceptualización que trasciende lo internacional y también lo global a favor de lo planetario. Así concebido, la disciplina de los estudios internacionales/globales/planetarios agrega a las relaciones entre los estados y a los fenómenos de la globalización la erosión del binario humano/naturaleza.

Nuestro concepto moderno de lo político distingue entre reino natural (animal), social (humano) y artificial (tecnológico). El SARS-CoV-2 vulnera la frontera entre virus, murciélagos, pangolines y humanos. La especie humana como otro organismo multicelular, otro hábitat.

Lo humano como ecosistema de múltiples especies entre ecosistemas de múltiples especies. Pensar a escala planetaria será un desafío de formación y de acción. Implica profundizar sobre complejidad y conectividad. Los sistemas complejos están formados por componentes que interactúan sin control central. La dinámica de adaptación no puede predecirse de la sumatoria de comportamientos o componentes individuales. Además, se encuentra conectado, entrelazado, poroso. Avanza hacia un futuro formado fatalmente por el proceso, donde cada vez es más difícil distinguir entre organismos y ecosistemas (naturales o sociales) en que viven.

 

Nota publicada en Clarín.com (ver nota)