La liga de la justicia vs. la legión del mal

Una millonada en camisas: en eso se le va la plata al doctor Bruce Banner. Cada vez que se enoja, y se enoja seguido, se convierte en el increíble Hulk, un monstruo verde e incontrolable. Algo así como Rusia, la potencia gigantesca que reacciona en momentos de estrés, ansiedad o ira y revienta las costuras del mundo: declara una guerra contra Ucrania o interfiere las elecciones presidenciales de los Estados Unidos.

«Escribo como profesor, pero sin creer que la academia deba aplastar el asombro», dice el experto en estudios internacionales y profesor de la Escuela de Gobierno Mariano Turzi, autor de Cómo los superhéroes explican el mundo, un fenomenal ensayo que ayuda a entender esta época: si Iron Man es el epítome de los excesos del complejo militar-industrial norteamericano, y La Mujer Maravilla una pálida muestra del poder blando europeo, aun en su complejidad el mundo también puede entenderse como una batalla entre superhéroes y archivillanos.

Según Carl Jung, un arquetipo es un recuerdo heredado representado por un símbolo universal que se observa en sueños, a nivel individual, y en mitos, a nivel colectivo. Los superhéroes son los arquetipos modernos. «Como mitos o cuentos populares de hoy, revelan verdades básicas de los asuntos humanos, en este caso, los internacionales», escribe Turzi. Aún ninguneados por los estudios culturales más formales, los superhéroes son los grandes mitos contemporáneos: ¿por qué analizar a fondo las aventuras de Odiseo o Aquiles y no las de Batman o El Hombre Araña? Con rigor académico, pero tan formado por la universidad Johns Hopkins como por las traducciones mexicanas de los comics yanquis que leíamos gracias a las revistas de historietas de la editorial Novaro, Turzi analiza la geopolítica actual y compara: la Liga de la Justicia es un ejemplo claro de liberalismo tradicional, en el que a cada uno de los socios le toca una misma responsabilidad y todos se benefician de la acción colectiva contra la legión del mal, y los X-Men, eternamente segregados por raros o diferentes, ilustran el drama de los migrantes y refugiados.

En Cómo los superhéroes explican el mundo, la política excede los límites municipales de Ciudad Gótica o Metrópolis: cada arquetipo heroico o villanesco, desde el admirado Superman hasta el repulsivo Lex Luthor, nos dicen algo acerca del planeta que vivimos. Como prueba, la definición de Winston Churchill sobre Rusia que también podría aplicarse a Hulk o a cualquier otro héroe que tenga una identidad secreta: «Un acertijo, envuelto en un misterio, adentro de un enigma».

Listamanía:
Cinco superhéroes y su proyección sobre la realidad

  1. Superman. Aunque renunció a la ciudadanía estadounidense, es el emblema definitivo del anhelo norteamericano de hegemonía y orden mundial.
  2. Iron Man. Magnate del hard power, confía en la industrialización y la militarización extremas como vías para lograr la paz en un planeta convulsionado.
  3. La Mujer Maravilla. Más defensiva que agresiva, la princesa de las amazonas tiene poderes clásicos igual de blandos que los de la Unión Europea.
  4. Flash. A toda velocidad, es un ejemplo de cómo la globalización llega a los destinos más remotos del mundo en cuestión de segundos.
  5. El Hombre Araña. Si «atar es moderar la conducta de los estados», como dice Turzi, su telaraña es un modelo del entramado de los organismos internacionales.

*Por Nicolás Artuzi.

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