Manuel Crespo, graduado 2006 de la FC, fue premiado en la categoría Cuento del Concurso de Letras organizado por el Fondo Nacional de las Artes (FNA).

Éste convoca a escritores a fin de contribuir al fomento de la creación de obras literarias en diferentes géneros y a la promoción de la industria editorial, a través de la eventual publicación de las obras.

En esta oportunidad, Manuel obtuvo el tercer premio de la categoría, con su obra Fosfato. El libro está integrado por once cuentos que transcurren en Chacabuco, o como dice Manuel, “en una ciudad de la pampa húmeda, la pampa sojera”.

“Nací en Buenos Aires, tengo muchas de mis raíces en la ciudad, pero por distintos motivos familiares, crecí en Chacabuco, provincia de Buenos Aires. Allí, fui testigo de la transformación de la ciudad a partir del boom de la soja”, nos cuenta Manuel.

“Los cuentos son más o menos realistas, más o menos fantásticos, según la ocasión. Pero todos apuntan a mostrar la transformación de un lugar, una tierra, una comunidad, a partir de la aparición de un elemento que hasta entonces no existía o prácticamente no existía, que era la soja”.

Acerca del proceso de escritura, Manuel comentó: “Fue bastante largo, más que nada porque tenía ideas dispersas que se fueron aglutinando y estructurando en el mismo índice del libro. Fue un proceso que abarcó entre seis y siete años de trabajo, en los que tuve la suerte de participar del taller de Abelardo Castillo, un gran escritor que murió hace poquito. Allí, fui probando las primeras versiones de los cuentos, corrigiéndolas, volviéndolas a hacer a partir de las críticas fuertes y muy agudas que me hacían ahí.

De a poco, de un total de unos cuarenta o cincuenta cuentos con los que estuve experimentando en ese tiempo, cuentos que me gustaban, que entendía que estaban bien diseñados y se sostenían por sí mismos, empecé a descubrir que había un patrón común, que tenía que ver con contar acerca del contexto de esta ciudad”.

Acerca de este nuevo premio, Manuel concluyó: “Los premios en mi opinión son un cúmulo de azar, de suerte, de coincidencia, palabras que no son exactamente la misma cosa. Porque lo que tiene que ocurrir es que haya del otro lado gente, jurados y prejurados, que les haya gustado lo que uno hace. Se cambia el jurado y probablemente cambie el dictamen de un concurso, de modo que lo único que puedo decir de los concursos en los cuales he recibido alguna distinción, concursos más o menos importantes, concursos como este del FNA, es que simplemente tuve suerte, tuve la suerte de encontrar lectores que sintonizaron la misma vibración que yo tenía al escribir. Obtener algún reconocimiento, en definitiva, no tiene que ver con más que agradecer porque se dio esa coincidencia, entre escritor y lector, escritor y jurado.

En esta oportunidad, los jurados para la categoría Cuento fueron: Florencia Abbate, Luis Sagasti y Selva Almada.

En el 2010 Manuel había ganado el primer premio del Concurso Nacional «Laura Palmer no ha muerto», organizado por la editorial Gárgola, con su novela Los hijos únicos.