30 de July de 2019
Existe una oscuridad que nos avanza. Un dolor silenciado bajo un triple manto de ignorancia, indiferencia y complicidad, con un solo resultado: el avance de las mafias de trata, el aumento del número de víctimas. Necesitamos abrir los ojos. Porque la trata se trata de nosotros; la ignorancia y la indiferencia amparan tanto como la complicidad. Saber es comenzar a prevenir.
En la Argentina hay esclavos, esa oscuridad, como la definió el delegado vaticano en febrero pasado. Las cifras son inciertas, hablamos de clandestinidad y crimen. Pero en el país que salió al cruce de la violencia contra la mujer empuñando el #NiUnaMenos sabemos que cada vida importa, cada número es una biografía, una víctima, un llamado que nos interpela. Sí, el narcotráfico opera enlazado a las redes de trata; sí, las víctimas de esclavitud sexual se ven obligadas a consumir y a hacer consumir a sus clientes (yo vi las marcas con cintas en las muñecas de las mujeres dentro de un prostíbulo; cada cinta, un consumo); sí, las mafias de trata se quieren quedar con el negocio narco en la Patagonia; sí, por la frontera andina se ingresa a las víctimas procedentes de Chile, Perú, Bolivia, y por la frontera norte se venden niños, niñas y adolescentes argentinos y bolivianos a 2500 dólares; sí, hay mafias que ingresan a senegaleses traficados y esclavizados, y en el TC de Rafaela se esclavizó a mujeres durante años, hasta este 2019. Sí, chinos, dominicanas, paraguayas, bolivianos, uruguayos, peruanos, coreanos, argentinos y argentinas son esclavos de la trata sexual y laboral en nuestro país.
En marzo de este año, en la Universidad Austral iniciamos un Observatorio de la Vulnerabilidad, dependiente del Centro de Innovación en Comunicación Social (CICS) de la Facultad de Comunicación. Para ser puentes académicamente en la defensa, comunicación y promoción de los derechos humanos y el desarrollo positivo de las personas. Con análisis interdisciplinar de datos y procesos sociales involucrados en fenómenos sociales que producen vulnerabilidad, esclavitud y/o exclusión. Queremos sumar nuestra mirada y facilitar la comprensión y visibilización de todas estas realidades y de las heridas individuales y sociales que provocan. Queremos estar al servicio de instituciones, gobiernos, operadores involucrados en la toma de decisiones y/o la atención de víctimas.
Impulsamos, fincados en el derecho comparado internacional, la posibilidad de contar en la Argentina con una ley de penalización del cliente (porque la prostitución no es trabajo, y sin cliente no hay trata). También, mecanismos de indemnización monetaria para las víctimas por parte del Estado (antecedente concreto: el caso Alika). La reciente ley de fondo de asistencia directa a víctimas de trata contempla esta posibilidad, lo cual celebramos. Y el 8 de octubre realizaremos en nuestra sede de Cerrito un seminario convocante de varones y mujeres, para analizar fortalezas y desafíos además de vulnerabilidades.
Sí, hay una oscuridad que consume biografías. Pero también hay tajos en la niebla. Desde la Universidad Austral nos sumamos. Porque la trata se trata de cada uno de nosotros.
Fuente: La Nación