Esteban Adúriz tiene 31 años, es productor y realizador audiovisual, se formó en dirección cinematográfica, estudió animación y actualmente es alumno de la Maestría en Gestión de Contenidos de la Escuela de Posgrados en Comunicación de la Universidad Austral.

Recientemente su nombre apareció en los medios porque estrenó en YouTube un teaser de lo que él imagina como una serie de tres películas de Dragon Ball. Para este proyecto, que realizó de manera independiente, juntó a un grupo de los mejores profesionales del país en efectos especiales.

El proyecto intenta unir la cultura oriental con la occidental, lo mejor del anime japonés con la esencia de Hollywood.

¿En qué consiste el proyecto Dragon Ball?

Fue un proyecto armado con un objetivo mínimo y un objetivo máximo: mostrar el potencial de la Argentina, mi potencial y el de todos los colaboradores que me acompañaron en este proceso. Como objetivo máximo me gustaría entrar en contacto con los dueños de la franquicia para desarrollar un proyecto a mayor escala. Esta es una muestra de un minuto, lo que se llama proof of concept, algo para mostrar la idea y pasión que hay atrás, pero el objetivo máximo sería llevar Dragon Ball al formato cinematográfico live action. Incluso, desarrollamos un guión de largometraje para un primer film.

¿Cómo surgió la idea?

Fue a fines de 2012. Se anunciaba el treinta aniversario de Dragon Ball y la salida del largometraje animado «Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses» y eso me impulsó a pensar en un proyecto con este doble objetivo. Sin creer tener la bola de cristal, ni que no se le hubiese ocurrido a ningún otro (más allá de todas las complicaciones obvias con las cuestiones de derechos y demás), pensé que realmente, en medio de la lucha de compañías como DC y Marvel, y de éxitos mundiales como El señor de los Anillos y Harry Potter, Dragon Ball contaba con todos los condimentos para entrar en el escenario. Le comenté la idea a mi mejor amigo y principal socio, Ezequiel Galli y de a poco fuimos madurando la idea y haciendo que las cosas sucedieran. Nuestro trabajo no fue solamente pensar como fans, si no como profesionales audiovisuales. En general me preguntan si lo hice porque soy fanático y contesto que no se trata solamente de eso. Mi respuesta es siempre la misma: el éxito de Dragon Ball es arrollador desde hace 30 años, hoy es consumido por los más chicos y llega incluso a los que superan los 40 años, según el lugar del mundo. Para los fans, el live action bien hecho sería una reivindicación de lo ya hecho anteriormente, para las distribuidoras y productoras involucradas, un gran negocio.

Iba a ser un trailer más largo, mostrando más historia y desarrollo visual, pero por cuestiones de tiempo y financiación finalmente quedó la pieza que hoy existe, además de muchos materiales extras que formaron parte del desarrollo.

¿Quiénes participan en el proyecto? 

Más de cincuenta profesionales de manera independiente, además del estudio de efectos visuales Yema VFX de Leandro Visconti y Diego M. Gutiérrez que fue determinante para llevar este proyecto a cabo; el estudio de sonido y música Onomatopeya de Pablo Girosa y Sebastián Ortega Ciucci; la productora de vestuario La Polilla Vestuario.

De a poco fui reclutando a los mejores en su rubro. Un ejemplo fue el peinador Jorge Palacios, que es muy reconocido en el circuito. Sabía que tenía que contar con él para diseñar el pelo de Goku que ha sido uno de los grandes temas y la cuestión más criticada en todas las adaptaciones previas. Por suerte, hoy los comentarios que se ven en la red remarcan eso como un buen trabajo. 

¿Qué respuesta han tenido de este primer teaser?

La respuesta está siendo espectacular, los fans y consumidores del género están muy contentos. Países como Francia y Brasil le están dando mucha comunicación. Quieren poner plata para hacer la película y sabemos que se recaudaría fácilmente el presupuesto de un tanque hollywoodense, pero avanzar sin el apoyo de los dueños no es una opción para mí.

¿Cómo fue su producción y con qué recursos contaron a la hora de llevarlo adelante?

Como comenté anteriormente, esto iba a ser algo más grande, un trailer de tres minutos. Primero comenzamos con el guión del trailer, pensando las imágenes, montaje, diálogos, etc. Era importante armar mucha expectativa, no solo desde lo visual sino desde nuestro aporte y diferencial al nivel de la historia. Al mismo tiempo, comencé a trabajar con ilustradores para llevar a cabo el desarrollo de conceptos de todo lo que imaginábamos, lo que se suele llamar world building. Cada decisión que tomamos la hicimos siempre pensando en el desarrollo de largometrajes y no simplemente en sobrevivir a un trailer, es decir, incluso desde el modelo de producción pensábamos y analizábamos qué podía ser mejor si esto pasaba a película. Después, hicimos el animatic, la previsualización de todo lo que queríamos ver en pantalla, a fin de probar el ritmo, la puesta de cámara y medir el esfuerzo a realizar en cada una de las áreas de trabajo.

Posteriormente trabajé en el casting. Como íbamos a contar con varios personajes éste fue un proceso largo de fines de semana viendo entre veinte y treinta actores y actrices por día. El personaje principal fue el que más costó y en la pieza que hay hoy no se puede ver todo lo que trabajamos con Pablo Juin, que realmente iba a ser impactante, pero fue como se dieron las cosas. Hoy, con lo que hay, la gente ya se está entusiasmando.

Pensábamos ir a un crowdfunding como Ideame para recaudar lo que hacía falta para hacer el trailer de tres minutos, pero algunas conversaciones con empresas relacionadas con la franquicia y el esperar respuestas nos demoraron. Yo necesitaba empezar a hacer real este proyecto, y que dejara de estar en el papel. Tomé la decisión de hacer algo más corto con lo que tenía y entonces contacté a Nicole, jefa de Producción del proyecto, persona que tenía en mente hace tiempo y con quien no había tenido el gusto de trabajar previamente, por más que nos cruzamos en la FUC (Universidad del Cine), ambos como alumnos. Quería empezar a soltar las riendas de la producción para ponerme finalmente a trabajar en la dirección de lo que iba a ser un hecho: íbamos a producir el teaser de «The Legendary Warrior». Se terminó de conformar el equipo técnico y mes y medio después estábamos filmando.

Poco antes de arrancar a filmar, cuando todo se empezó a materializar, me encontré con el dilema de trabajar en el guión del primer largometraje. Por un lado, pensé que podía ser una pérdida de tiempo y por otro, que si el trailer hacía el ruido que esperaba, iba a ser una herramienta importante para defender el proyecto, más allá de que sé que si cumplimos el objetivo máximo y esto se hace, probablemente al caer el guión en una major se cambiarían varias cosas. Todo esto sucedió en paralelo a la post-producción del teaser. Mientras tanto, yo buscaba financiación y a los profesionales que pudieran hacer las tomas completamente digitales que están en el teaser y que estaban fuera del presupuesto con el que contaba. Eso se fue resolviendo con el tiempo y con el esfuerzo de muchos. Sobre todo, con el apoyo de Yema VFX que puso todo en este proyecto para que saliera a la luz.

¿Cuál es tu idea al mediano plazo?

Que llegue a oídos de quienes toman las decisiones con respecto a la adaptación de Dragon Ball en live action, pedirles que me den la oportunidad de presentarles todas las garantías que necesiten para dar luz verde al proyecto y estar tranquilos de que esto no va a ser otro tiro como el de la adaptación del 2009.