El Observatorio de la Televisión (OTV), el espacio de la Facultad de Comunicación que se propone estudiar el fenómeno televisivo desde una perspectiva integral, a partir del trabajo de profesores, alumnos y graduados, celebra diez años de su principal herramienta: el Índice de Calidad Televisiva (ICT).

 

Desde 2005, el OTV busca generar espacios públicos para la discusión y la puesta en práctica de mejoras en la calidad televisiva a partir de mediciones e investigaciones desarrolladas sobre los contenidos de la televisión nacional e internacional.

Tal como señala el OTV en el balance de estos diez años, durante este tiempo la televisión abierta ha ido perdiendo encendido y espectadores. La TV paga y la popularización de los servicios de streaming y on demand provocaron la transformación del modo tradicional de ver “televisión”, que se ha convertido en un fenómeno cada vez más restringido, que debe reinventarse y adaptarse para sobrevivir.

En el ámbito local, la televisión sigue siendo un referente muy fuerte para la audiencia. Los espectadores que se fueron de la televisión abierta, migraron hacia plataformas de nuevos contenidos, por cable, satelital, on demand (OTT) o por Internet.

El primer territorio de fuga de los televidentes fue hacia la TV paga (cable o satelital), que hoy prácticamente supera en audiencia a la TV abierta.

La tradicional pantalla, el público joven que se alejó de la TV abierta, el cable que lucha por sostener su audiencia, y el crecimiento exponencial de las redes sociales que alcanzan miles de millones de visitas diarias con videos gratuitos han sido los principales factores de la transformación de la televisión abierta.

Según el OTV el secreto de la supervivencia está en los contenidos. Hoy, no se construyen marcas ni programas, se construyen historias. El desafío está en que creativos y guionistas puedan generar historias con las que el público se pueda identificar.

 

Diez años del ICT, 10 años de TV

 

  • El ICT se ha aplicado durante 10 años ininterrumpidos, tras un año de prueba piloto de la herramienta.
  • Se confeccionaron 53 informes ICT bimestrales y 11 anuales.
  • Se analizaron 530 programas de la televisión abierta argentina correspondientes a sus cinco canales, y sus tres macrogéneros (ficción, híbrido y referencial).
  • Se vieron más de 4000 horas de televisión para lograr conclusiones acerca del estado de la TV en relación con la calidad de sus productos, y con los valores y disvalores que estos proponen, entre otros indicadores.
  • En 10 años, la unidad del bloque ha casi desaparecido y ha sido reemplazado por la del PNT.
  • En los primeros años del OTV se violaban los horarios de inicio y cierre de los programas. Hoy, se han estabilizado y su cumplimiento es más riguroso.
  • La Ley de Servicios Audiovisuales (2009) trajo cambios positivos en la programación televisiva, tanto en la distribución de sus contenidos, como en la diversidad y el cumplimiento del horario Apto para todo público.
  • Hay una tendencia hacia los géneros impuros. Esto aumenta la homogeneización del discurso a partir de la hibridez genérica.
  • Existe una estrategia de contraprogramación desde la misma oferta: si un canal obtiene un éxito con un género, para competir, el otro canal coloca el mismo género en el mismo horario: redunda en falta de creatividad y de innovación.
  • Los canales basan parte de su oferta televisiva en la autorreferencialidad. Una “ventana que se cierra sobre sí misma”: los programas de televisión hablan cada vez más de la televisión.
  • La idea de programar se reemplaza por la de flujo programático.
  • En los últimos años, la llegada de Netflix ha propiciado una mayor exigencia por parte del televidente y ha reducido el nivel de rating que los programas de la TV abierta solían tener. Actualmente, el promedio es de 12 puntos para una ficción exitosa, mientras que diez años atrás el promedio exitoso superaba los 25.
  • El rating minuto a minuto, aún vigente en Argentina, ha jugado un papel importante en la degradación de los contenidos; programas que merecían ser acompañados por la audiencia fueron levantados raudamente. Al mismo tiempo, perjudicó la escritura de ficciones de calidad, cuyos argumentos fueron modificados sobre la marcha en pos de un mejor rating. Esto habitualmente distorsiona los conflictos propuestos y los vuelve poco verosímiles.
  • Las redes sociales y las plataformas on line son parte del panorama actual y contribuyen a modificar la situación de la televisión. Hoy los televidentes no son sólo receptivos, sino también creadores. A partir de sus participaciones, modifican los productos.
  • A lo largo del tiempo, los canales que mejores resultados han obtenido en el ICT son Canal 13 y Telefe. La TV Pública también ha logrado buenos índices y ha alcanzado el primer lugar en algunas oportunidades. Habitualmente, los dos primeros obtienen buenos puntajes a nivel calidad técnica, mientras que la TV Pública ha logrado altas mediciones por la propuesta de valores y diversidad en su programación. En los últimos años, la TV Pública ha crecido en calidad técnica y de contenido. América ha mantenido el tercer puesto a lo largo de los diez años y se ha consolidado como el productor de contenidos en vivo, durante todo el día de emisión. Canal 9 ha mantenido el último puesto, demostrando su búsqueda por una identidad que no encuentra, basada en algunas producciones propias repetidas, poco novedosas, y mucho material enlatado.
  • En estos años, los géneros de ficción e híbridos han competido por el rating y la captación del público.
  • Las ficciones extranjeras fueron ganando lugar en las grillas de programación de los canales de TV abierta.
  • Los programas del género híbrido son generalmente los que peor medición obtienen en el nivel de Adecuación a la Realidad. En general, los programas de este macrogénero, están relacionados con temas de convivencia y generan múltiples disvalores.
  • Los programas del género referencial son aquellos que mejor medición tienen en cada canal. En su mayoría, proponen debates y hacen una evaluación de la realidad desde una perspectiva editorial explícita en la mayoría de los casos.
  • La TV local cuenta con grandes actores provenientes del cine y del teatro nacional, especialmente, en los roles protagónicos y secundarios de las ficciones. Este fenómeno es poco común en televisiones extranjeras.
  • El principal disvalor transmitido es la violencia. El principal valor transmitido es el amor y sus derivados.