Por María Paz Asplindh

Mi nombre es Paz y este año oficialmente me recibo de Licenciada en Comunicación Social. Hace cinco meses me subí a un avión en Ezeiza y me bajé en una de las capitales más alternativas de Europa. ¿Cómo llegué a conseguir un trabajo en Berlín?

Estaba en medio de la búsqueda laboral, después de la gloria de haberme recibido con Sociología en diciembre del año pasado y di con una oferta de pasantía en Berlín, a través de la Bolsa de Trabajo de la FC. La había publicado una exalumna, Caro Trucco, y decía: “Pasantía en Alemania”.

El trabajo era para trabajar en Content Marketing y SEO, lo que no me llamaba mucho. Aunque no me interesara tanto esa rama del Marketing, estábamos hablando de obtener experiencia laboral en el exterior, lo que es valiosísimo, y la verdad es que no tenía nada que perder. Me iba a arrepentir si no lo intentaba y después de un poco de convencimiento a último minuto (gracias Clari) finalmente apliqué… y quedé seleccionada.*

La propuesta significó para mí un desafío, una aventura y la posibilidad de valerme por mí misma en un país lejos de casa. Ya había estado seis meses de intercambio en Innsbruck (Austria) el año pasado, pero me di cuenta de que viajar al exterior para estudiar o para trabajar son dos realidades y ritmos completamente distintos.

Aunque el idioma no representaba un problema para mí (fui a un colegio alemán), aprender y adaptarme a las costumbres laborales de otro país, también implicó un desafío. Me tocó convivir en un mismo ambiente laboral con personas de todo el mundo (tengo compañeros de Rusia, Francia, Inglaterra e India) y aprender de ellos también.

En Ginstr me contrataron como pasante de Content Marketing y SEO, pero como es una empresa familiar, también terminé realizando todo tipo de tareas. En este momento estoy tratando de meterme más en PR, que es lo que más me interesa.

En mi opinión, lo más difícil de estar lejos de tus amigos y familia es que estando acá tenés la oportunidad de hacer un millón de cosas que allá no podés o no existen, pero te gustaría poder compartirlo con ellos.

Lo que me encanta de Berlín es que es una ciudad de inmigrantes, multikulti y diversa. Los berlineses son muy abiertos en todo sentido y muy tolerantes: cada persona hace lo suyo y nadie juzga. Es un lugar en el que se respira historia y sucesos muy recientes, que siguen presentes en cada esquina y callejón.

La cultura alternativa en esta ciudad es muy fuerte y las calles están repletas de obras de arte, grafitis y esculturas. Todo se concentra en uno de mis barrios preferidos: Kreuzberg. Allí es donde se concentraron los primeros inmigrantes turcos después de la Segunda Guerra Mundial. Hoy es la sede no oficial del underground europeo.

Creo que mi estadía en Berlín implicó un gran crecimiento a nivel personal y emocional. Me dio la oportunidad de conocer a gente increíble y sumar recuerdos que me van a acompañar siempre. A mis amigos del trabajo (Jo, Lee Anne, Alena, Kelly) y a mi familia adoptiva (Stella, Kasha y Jane): ¡los voy a extrañar y sé que nos vamos a volver a ver en el futuro!

Puedo decir que vuelvo siendo una persona más independiente, que se conoce mejor a sí misma y que está más segura de lo que quiere.

Ahora, con respecto a lo que va a pasar en el futuro, solo puedo decir una cosa: en este preciso momento estoy con ganas de volver y quedarme un tiempito en Argentina, conseguir un trabajo, ver a mis amigos, a mi familia. Pero no por mucho. Desde antes de venir a Berlín, vengo maquinando la idea de aplicar a una beca para irme a hacer un master a Corea del Sur. Sí, señoras y señores, C O R E A.

Corea del Sur es uno de los países que tiene la industria del entretenimiento más grande y mega producida que conozco. Me interesa especializarme en la creación y gestión de contenido para la industria del entretenimiento. Vamos a ver si tengo suerte en la otra punta del mundo.

Repito, en este momento estoy con ganas de volver, pero estoy 90% segura de que después de unos meses, las ganas de volver a irme van a aparecer nuevamente.

 

*Quiero también agradecer a María Schleimer y a Amelia Von Haeften por haberse tomado el tiempo y el esfuerzo de ayudarme a gestionar y conseguir todos los papeles y documentos necesarios para poder trabajar en el exterior con tan poco tiempo.