Gregorio Lascano, graduado 2004 de la FC, fue designado manager de Crisis Mundial de la cervecera Quilmes, con sede en la ciudad de Nueva York.

Gregorio, hasta ahora director de Asuntos Corporativos de AB-InBev para la región Latinoamérica Sur (Cervecería y Maltería Quilmes, en la Argentina), pasó a dirigir las comunicaciones de crisis a nivel global de AB-InBev. Desde enero, ocupa el puesto de Director Global de Crisis Management.

La compañía es la cervecera líder mundial y una de las cinco empresas de consumo masivo más grandes del mundo, con operaciones en más de 40 países. Para asumir esta nueva responsabilidad, se mudó a Nueva York con su mujer y sus dos hijas.

¿En qué consiste tu nuevo rol?

Mi trabajo es asegurar que la compañía tenga el mejor equipo y todas las herramientas necesarias en cada región para reaccionar y resolver distintas situaciones críticas y volver a la normalidad lo más rápido posible.

¿Qué significa para vos este nombramiento y el cambio de vida que implica para tu familia haberse mudado a New York?

Hace casi 10 años que trabajo en AB-InBev (Cervecería y Maltería Quilmes, en la Argentina). Ingresé en 2007 como jefe de prensa y después ocupé distintas posiciones en Asuntos Corporativos y Recursos Humanos hasta ser Director Regional de Asuntos Corporativos. Es una compañía super ambiciosa y desafiante, en la que todos los días son distintos. Trabajamos con un producto increíble: la cerveza y marcas impresionantes (siete de las diez marcas más valoradas en el mundo son parte de nuestro portfolio) ¡Eso me gusta! El nombramiento significa una oportunidad. No sólo laboral, sino también una gran experiencia de vida para toda mi familia.  Así lo entendimos con mi mujer, Jimena, y aceptamos mudarnos en un momento muy especial, porque en noviembre fuimos padres por segunda vez (Joaquina, de 3 años y Paloma, de 3 meses). Nueva York es una ciudad increíble, que tiene facetas diferentes para cada momento de la vida. Cuando no teníamos hijos, vivimos una Nueva York más eléctrica. Ahora, con dos hijas, viviremos otra, más suburbana y familiar.

¿Cuáles son tus expectativas y los desafíos que te propone esta nueva posición?

Mi principal objetivo es acercar la práctica a áreas en las que no está tan desarrollada y consolidar estándares mínimos en los más de cincuenta países en los que AB InBev tiene operaciones. El desafío es también cultural porque hay realidades súper diversas. Desde Bolivia hasta Australia, de Botswana a Canadá.