16 de July de 2019
“En el final de mi carrera realicé una pasantía en CNN Atlanta y lo que iba a ser algo temporal de tres meses, terminó extendiéndose al punto de que llevo 13 años viviendo en el extranjero, principalmente, en los Estados Unidos”, nos cuenta la periodista Soledad Cedro, graduada 2005 de la FC, ganadora de cuatro premios Emmy, entre otras distinciones.
“Soy periodista, esa es mi pasión”, sostiene quien además de trabajar en CNN se ha desempeñado como productora de noticias, reportera y presentadora de noticias en América TeVé. Actualmente, es analista política para distintos medios como Fox News, CNN, MSNBC, Telemundo, Univisión, enfocándose en la cobertura política de Estados Unidos y Latinoamérica. Además, conduce un programa de radio todos los días y ocasionalmente un noticiero local en Miami, ciudad donde reside y define como su casa.
A lo largo de su carrera, vivió en Atlanta, Nueva York, Washington DC y dos años en Londres, donde trabajó para medios americanos y realizó cursos de posgrado en la Universidad de Oxford. En todos los lugares donde estuvo, sostiene que siempre pudo mezclar sus dos pasiones: el periodismo y la política.
Además, realizó una maestría en Ciencias Políticas, trabajó en política y, por dos años, se dedicó a trabajar en la comunicación de una ONG que aboga por el bienestar de la comunidad latina en Estados Unidos.
– ¿Cómo fue la experiencia de realizar tu pasantía en CNN?
Ir a CNN cambió todo en mi vida. Por empezar, fue el puntapié inicial para mudarme de país. Pero más allá de eso, me enseñó a trabajar. La Universidad te da un marco teórico fundamental, pero la práctica la obtuve allí. Tuve la suerte de tener un jefe en mi pasantía que se convirtió en un mentor. Una persona extraordinaria y uno de los mejores periodistas que conocí en mi vida. El primer día me acuerdo que me preguntó si sabía lo que era un rundown, un tease, un kicker… Obviamente, no tenía idea de nada de todo eso y se tomó el tiempo de explicarme cosa por cosa. Además, por el mero hecho de estar trabajando en una redacción donde hay gente tan talentosa, uno aprende al mirar, simplemente. Después, vinieron muchas otras experiencias y sigo aprendiendo de todo, pero haber podido hacer escuela en un lugar como CNN me ayudó enormemente.
– En Miami, trabajaste para América TeVé como productora de noticias, reportera y presentadora de noticias. ¿Cómo fue esa etapa?
América TeVé fue la otra gran escuela. Es un canal muy particular. Lo suficientemente grande como para permitirle a uno estar expuesto a experiencias periodísticas invaluables como cubrir campañas presidenciales, viajar por todo Estados Unidos, ir a Guantánamo, a Israel, etc, etc, etc… y lo suficientemente chico como para que si uno tenía iniciativa podía ir hacia adelante con proyectos «grandes». A veces en los mega canales, las grandes coberturas están reservadas para las figuras y hasta que una de esas figuras no se retira, no hay lugar para gente nueva. En cambio, América TeVé daba una libertad de acción enorme. A mí me interesaba mucho la política. Lógicamente no había diez productores para tenerle a uno todo armado (y eso también ayuda a aprender), entonces tocaba trabajar con recursos limitados. Sola empecé a moverme para el lado que me interesaba y el canal me dio el lugar para hacerlo. Le voy a estar eternamente agradecida a América TeVé y a la gente talentosísima que trabaja ahí, por todas las oportunidades que me dieron, inclusive, cometiendo errores que lejos de costarme mi carrera, me ayudaron a mejorar.
– ¿Cómo fue la experiencia de realizar una maestría?
Tuve la posibilidad de hacer una maestría en Ciencias Políticas y Estudios Latinoamericanos en la Universidad Internacional de la Florida, y fue una gran experiencia. Mientras cursaba estaba trabajando mucho, así que el tiempo era limitado, pero la Universidad siempre te abre a nuevos mundos, a otros modos de ver las cosas. La carrera me pareció sumamente interesante y la modalidad de estudio en Estados Unidos es muy diferente a la de Argentina. También fue un aprendizaje en ese sentido. Años después, por motivos familiares, me mudé durante dos años a Londres, y allá tuve la posibilidad de tomar una serie de cursos para personas que ya tienen maestrías en la Universidad de Oxford. La verdad es que esto no lo hice con miras laborales, sino por un gusto personal. Estudiar en Oxford era un gusto que quería darme y la experiencia fue fabulosa. Eran dos días a la semana que viajaba a la ciudad. Estar en ese campus que parece salido de una película y poder escuchar a grandes profesores fue uno de esos grandes lujos que uno puede darse en la vida.
– Qué significa que reconozcan tu trabajo con cuatro premios Emmy, entre otros premios que recibiste?
Los premios siempre son un mimo para el alma… Lógicamente que hay un factor de suerte en cualquier premio y uno no tiene que creerse jamás que porque ganó algo es mejor que otro. Pero siempre es lindo que reconozcan el trabajo que uno hace. Los Emmy tienen un peso fuerte por el nombre del premio y porque ayudan enormemente para el marketing personal. Pero el verdadero lujo son las historias que se cubren, no los premios. Tuve la fortuna de ganar cuatro Emmys por una cobertura especial que realicé sobre las personas condenadas a pena de muerte en Estados Unidos, y sobre una cobertura durante un viaje a Israel. Claro que a uno le gusta ganar, pero nada supera la experiencia de estar sentado frente a un condenado a pena de muerte contándote lo que pasa por su cabeza, o estar en Sderot viendo como vuelan misiles caseros desde la Franja de Gaza.
– ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
La radio es diferente a todo. La gente pone la radio en el auto, o en la casa, y nos permite ser parte de la cotidianidad. La radio permite hablar con el oyente, permite otros tiempos. Es muy local y muy personal. Estoy feliz trabajando en radio. Uno se expone mucho más, porque en televisión el tiempo es limitado y uno habla de un tema en particular. En la radio se habla de todo, se hacen alusiones personales. La gente que escucha el programa sabe cuándo mi hija no duerme bien a la noche, cuando tiene fiebre, cuando mis papás están en la ciudad o mi suegro nos escucha desde Atenas. Todas cosas que nos exponen pero también tiene una gracia esa exposición, porque uno se acerca mucho al público.
– ¿Imaginabas tener el presente que tenés, cuando estudiabas?
Siempre quise ser periodista. Sabía que me gustaba la política, pero decidí estudiar comunicación porque quería trabajar la política desde el periodismo. No sé si alguna vez imaginé terminar viviendo en Estados Unidos, pero sin dudas imaginaba este presente laboral.
– ¿Cuáles son tus proyectos al mediano y largo plazo?
A mediano y largo plazo pienso seguir trabajando como periodista. Mi próximo año y medio va a estar marcado seguramente por la elección presidencial en los Estados Unidos. Pero mi mayor anhelo profesional es lograr auto-gestionarme el trabajo. Me gustaría lograr un punto en mi carrera en el que no dependa de un trabajo, sino que pueda auto-generarme los espacios para la comunicación.
– ¿Qué es lo más importante que sentís que te dio la FC para la vida y para tu perfil profesional?
La FC me dio el marco teórico. Y eso se nota. Se nota la diferencia con gente que viene de otras universidades. Al menos en mi época, la facultad no ponía el foco en la parte práctica como lo hacen otras universidades. En lo personal lo agradezco. La práctica se adquiere muy rápido sobre la marcha y además cambia mucho, con lo cual es probable que lo que uno aprenda sea diferente a la hora de entrar a una redacción de noticias. Pero leer a los autores relevantes, aprender a escribir correctamente, conocer la historia hacen que tengamos un elemento diferencial como periodistas. Además de darme grandes modelos, con profesores a los que admiro, y amigos invaluables que conservo hasta hoy.