30 de June de 2020
Los alumnos de primer año de Diseño realizaron mini sets inspirados en historias fantásticas y de aventuras, en la materia Maquetas y prototipos, que dictan los profesores Bea Camelo y Nicolás Buforn.
En esta oportunidad, los estudiantes trabajaron en grupos a partir de una historia que hubiera sido llevada a la pantalla y que conocieran. Después de una instancia de negociación, cada integrante eligió una escena que le resultara significativa y partió de esa idea para realizar una maqueta en una escala conveniente. El proceso requirió investigar, buscar referencias en fotografías, ilustraciones, cómics y en escenografías para teatro, y pensar en términos espaciales.
“Para nosotros fue un desafío llevar una materia 100 % práctica a modalidad virtual. Quienes trabajamos con volúmenes tangibles estamos acostumbrados a ver y pensar con nuestras manos, mostramos el “cómo hacer”, tocamos para sentir, giramos todo en 360 grados. Es algo que transmitimos a nuestros alumnos como parte del ADN del trabajo en prototipado y maquetación. El trabajo con una pantalla de por medio nos exigió ser flexibles y confiar en que podíamos encontrar otras maneras de mostrar”, reflexionó Bea.
Desde la cátedra se trabajó de manera individual con cada alumno durante cuatro semanas, según avanzaba el proceso, escuchando sus propuestas y discutiendo soluciones posibles, invitándolos a pensar y probar alternativas.
El objetivo principal fue poner en práctica las técnicas de construcción aprendidas durante el cuatrimestre y lograr representar formas complejas, analizando proporciones y morfologías. En segundo lugar, implicó que los estudiantes buscaran materiales con los que pudieran lograr esas construcciones, más allá de lo convencional.
Dado el contexto de aislamiento social preventivo y obligatorio, se pensaron soluciones con materiales de librería, fáciles de conseguir, materiales de descarte o de uso diario, elementos de la naturaleza que hallaran en sus jardines, restos textiles y todo lo que evaluaran que pudiera sumar. Para los acabados, modificaron estos materiales de base con distintas técnicas y agregaron detalles y texturas hasta llegar al efecto deseado. Todo esto requirió gran creatividad y esfuerzo.
Para la presentación debieron fotografiar sus maquetas buscando una luz adecuada, natural o artificial, que potenciara la expresividad de la escena.
“El resultado final fue súper satisfactorio, no solo para nosotros sino también para nuestros alumnos. El esfuerzo y la buena onda de los chicos durante el proceso fue fundamental. ¡Estamos súper emocionados con la producción que lograron!”, concluyó Nicolás.