11 de abril de 2017
La Directora del programa Régimen jurídico de los Agronegocios, Mg. Eugenia L. Bustamante, escribió una nota para Clarín sobre: «La situación de Argentina respecto de la Fiebre Aftosa». En el país conviven dos estatus sanitarios diferentes. ¿Qué hace falta para mantener la enfermedad a raya?
La situación de Argentina respecto de la Fiebre Aftosa
A partir del análisis de la legislación en materia de sanidad animal y los organismos que la regulan, aquí se repasa la situación de Argentina respecto de la Fiebre Aftosa, que es una de las patologías más importantes que afectan a la producción y al comercio internacional de los productos de origen animal. La Fiebre Aftosa es una enfermedad viral muy contagiosa, de curso agudo que afecta a animales de pezuña hendida como bovinos, ovinos, caprinos, porcinos, jabalíes, ciervos, llamas y vicuñas entre otros, no obstante no representa un riesgo directo para la salud pública porque no es transmisible a los seres humanos.
Si bien presenta baja mortalidad, una de sus características principales es su alta morbilidad, que significa que al ingresar a una población susceptible se producen un gran número de casos. Se destaca a su vez por su fácil y rápida difusión por diversos medios, debido a la capacidad de ser transmitida por vía aérea, así como también por vectores inanimados (manos, ropa, calzado, vehículos, corrales etc.). Además de sufrimiento animal, ya que se caracteriza por fiebre y úlceras en forma de ampollas en la lengua y labios, en la boca, en las ubres y entre las pezuñas; produce consecuencias económicas considerables, porque si bien la mayoría de los animales bajo tratamiento puede recuperarse, quedan debilitados por la pérdida de peso y el desmejoramiento general.
En cuanto a la localización territorial, la Fiebre Aftosa es endémica de varias partes de Asia, y en gran parte de África y Oriente Medio. En Sudamérica la mayoría de los países están reconocidos como libres de Aftosa con o sin vacunación. Actualmente están libres de Fiebre Aftosa Australia, Nueva Zelanda e Indonesia, Centroamérica, Norteamérica y Europa Occidental.
En el plano internacional la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) establece una lista oficial de países y zonas reconocidos libres con o sin vacunación. Por su parte, la Unión Europea realiza una regionalización del territorio de acuerdo al estatus sanitario reconocido por la OIE, según se vayan incorporando zonas a determinado estatus, a los fines de establecer condiciones de certificación para la importación a la Comunidad.
En Argentina el marco normativo está compuesto por la ley de Policía Sanitaria Animal 3.959 que contiene los principios generales aplicables a todas las epizootias, y la ley 24.305 “Programa Nacional de Lucha contra la Fiebre Aftosa”, que declaró de interés nacional la erradicación de la Fiebre Aftosa en todo el territorio argentino. A partir de allí, el SENASA fue dictando una serie de resoluciones según los avatares de la enfermedad en nuestro país o incluso en los países limítrofes, en aquellos casos que existía riesgo que la enfermedad se pudiera extender a nuestro territorio.
Argentina tiene el estatus sanitario de libre de Fiebre Aftosa dividido en dos regiones: con y sin vacunación. Lo dispuesto por la Resolución 82/2013 del SENASA fue muy importante para el sector ganadero, ya que amplió el estatus zoo-sanitario “libre de Fiebre Aftosa sin vacunación” hasta el Río Colorado, límite natural de las provincias de La Pampa y Río Negro, al incorporar la zona denominada Patagonia Norte A al resto de la Patagonia que ya estaba libre de vacunación.
De este modo, los Valles de Calingasta en la provincia de San Juan y toda la Patagonia (Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro y Neuquén) y además el partido de Carmen de Patagones de la provincia de Buenos Aires, no requieren vacunación. En el resto del país se deberá continuar con la aplicación de la vacuna según el cronograma sanitario de cada lugar, una o dos veces al año.
En concordancia con el reconocimiento del nuevo estatus sanitario, los productores ganaderos debieron modificar la identificación de los bovinos en el territorio incorporado, adoptando las caravanas de color verde en reemplazo de las amarillas que venían utilizando. Las caravanas de identificación del ganado bovino, que se aplican a todo el rodeo del país, tanto para el ganado de exportación como para el destinado a consumo interno, tienen asignados colores que indican la zona de la que provienen en relación con la Fiebre Aftosa. El color verde identifica a los animales cuyos establecimientos de nacimiento no se hallen alcanzados por la vacunación, mientras que las caravanas amarillas se aplican a los animales que nacieron en zonas de vacunación.
En el plano comercial, los países evitan comprar carne a aquellos países donde la enfermedad está activa, y esto genera dos mercados con valores bien diferenciados: el circuito comercial no aftósico, con valores elevados de los cortes de carne que importan; y el circuito llamado aftósico que tiene precios mucho más bajos. Así, la Fiebre Aftosa priva a los países infectados de valiosas oportunidades de exportación para gran parte de los productos de origen animal que podrían venderse a mercados mejor remunerados por ser de alto poder adquisitivo.
Es por ello que la decisión de eliminar la vacunación contra la Fiebre Aftosa debe ser evaluada con suma cautela, para no repetir la experiencia del año 1999, en el que a la declaración de país libre de aftosa sin vacunación durante más de un año, le siguió la aparición de un brote que obligó a retomar la vacunación, generando graves perjuicios. A partir de esta experiencia, se deberán ir incorporando paulatinamente regiones a la categoría sin vacunación en la medida que se den las condiciones sanitarias, con la certeza de que no hay riesgo de reaparición de la enfermedad.