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«Si no se sabe a dónde ir, ningún viento es favorable»

El Dr. Miguel Rapela concluyó con este concepto su exposición en la Jornada sobre la modificación de la ley de Semillas realizada en la Universidad Austral el 14 de mayo donde se anunció el inminente tratamiento de un proyecto de ley en Diputados.

 


 

Diversas miradas para la modificación de la Ley de Semillas

Especialistas y funcionarios aportaron visiones convocados por la Universidad Austral. Se espera que el tema se comience a tratar pronto en la Cámara de Diputado.

¿Cuál es el problema de la Ley de Semillas? Con esta pregunta, Eugenia Bustamante, directora del programa Régimen Jurídico de los Agronegocios de la Universidad Austral, dio inicio esta semana a una jornada que buscó poner en debate la modificación del marco legal de la propiedad intelectual de las variedades vegetales, lo cual incluye la ley de Semillas que protege el germoplasma, y también la ley de Patentes en lo relativo a los eventos transgénicos. Al respecto, señaló que el principal eje de debate está en definir los alcances de la reforma, además del pago de regalías por el uso propio, la inclusión de nuevas tecnologías, y la necesidad de que los cambios se plasmen en una ley nacional. Luego se dio lugar al panel de expertos invitados.

Lucas Lehtinen, director ejecutivo de la Maestría en Propiedad Intelectual de la Universidad Austral, enfatizó que “hay una superposición de ordenamientos jurídicos que hay que armonizar”. En este sentido explicó que la protección de la propiedad intelectual “es una exigencia internacional que se presenta como condición en tratados internacionales y como requisito del ingreso a la OCDE”. También hizo referencia a las experiencias que atravesaron otros países de la región como ejemplo de caminos posibles para insertarnos en el mundo.

A continuación, Gloria Montaron Estrada, directora de Asuntos Legales y Propiedad Intelectual de Bioceres, una empresa nacional que lleva tecnología argentina al mundo, explicó que tanto la regulación de la Unión Europea como la de Estados Unidos armonizaron la legislación respetando la protección intelectual en la resiembra, y concluyó “entiendo que hay intereses bastante fuertes, pero la Argentina va a tener que comenzar a proteger la propiedad intelectual. Siempre fuimos infractores, somos un país que históricamente no respeta la propiedad intelectual. Pero llega un momento en que para salir adelante y avanzar hay que protegerla”.

Por su parte, el director de Vinculación Tecnológica del INTA, Ing. Adolfo Cerioni, brindó un panorama del trabajo que llevan adelante desde ese instituto en materia de innovación y extensión a partir de convenios con otros organismos. Destacó que el INTA es un gran proveedor de variedades, que reinvierte en desarrollo el ingreso por regalías, que contribuyen al mejoramiento de especies críticas para las economías regionales (que no se reducen a la soja, trigo o maíz) y que realiza la gestión y el mantenimiento de bancos de germoplasma. También mencionó algunos aspectos que deberían considerarse en el debate de una nueva Ley de Semillas: “que la autoridad de aplicación tenga capacidad de control y poder de policía; que contemple a todas las semillas, que incluya el concepto de variedad esencialmente derivada, que se considere a la producción de semilla valor agregado, entre otras propuestas.

La jornada continuó con la exposición del presidente del Instituto Nacional de Semillas, Ing. Raimundo Lavignolle, quien presentó una serie de datos para sumar al debate e ilustrar el estado actual del problema. ¿Cuánto de lo sembrado es de uso propio, cuánto es semilla adquirida? ¿Cuánto es bolsa blanca? ¿Cuál es el comportamiento de los productores chicos y cuál el de los grandes usuarios de semillas? fueron algunas de las preguntas que respondió con datos estadísticos. Lavignolle anticipó que en función de la simplificación, los organismos públicos van a compartir información, por lo que los productores no tendrán que declarar más al INASE, ya que se recolectará esa información de otros organismos.
La perspectiva legislativa de la charla estuvo a cargo del diputado Nacional Atilio Benedetti, presidente de la comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados de la Nación: “Hay tres ideas centrales en los proyectos en los que hay cierto acuerdo: en primer lugar, dar protección a quienes invierten y trabajan en desarrollo tecnológico, por otro lado, gravar el uso propio y, por último, fortalecer al INASE como organismo de control” sintetizó. Destacó que hay voluntad política de este gobierno de sancionar la mejor ley posible, pero que no debe olvidarse que Cambiemos no tiene quórum propio en el Congreso, por lo que es necesario acordar con otras fuerzas políticas.

El cierre de la jornada estuvo a cargo del director Ejecutivo del Centro de la Propiedad Intelectual de la Universidad Austral, Miguel Rapela. El académico explicó que “estamos en medio de un problema que tiene dos partes: un problema cognitivo –desconocimiento del contexto productivo, de los actuales productores de semillas, de la complejidad técnica, de los recursos fitogenéticos, de los desafíos actuales que trae la tecnología ya que hemos llegado hasta la transgénesis y hoy ésta está superada en muchos sectores por la edición génica. El otro problema está en la parte normativa, ya que tenemos una ley vieja y mixta -la Ley de semillas y creaciones fitogenéticas- que trata el comercio y la propiedad intelectual”.
En este aspecto, reconoció a la Universidad Austral por realizar el primer proyecto completo para modificar la Ley de Semillas, presentado por el Centro de Propiedad Intelectual en el año 2005, luego de un diagnóstico integral sobre la situación de ese entonces, que no difiere de la actual. “Fue el primer aporte doctrinario y muchas propuestas posteriores tomaron cosas de ahí” destacó Rapela.

Luego, tomó como ejemplo el año 2016, cuando se presentaron dos proyectos enmienda o “quirúrgicos” porque solo reformaban un par de artículos; y seis proyectos de modificación de la Ley de Semillas, todos de distintos sectores políticos. “Los ocho proyectos resultan completamente divergentes. Y es aquí donde está mi miedo: que sigamos discutiendo y no podamos llegar a ninguna conclusión, así sea la de un proyecto quirúrgico” afirmó Rapela. En este punto, deseó éxito al diputado Benedetti quien tendrá a su cargo el debate de las propuestas en comisión, para conseguir una ley que proteja la “investigación de calidad y la investigación pública que se hace en Argentina, que ha sido fundamental en el desarrollo de nuestro país”.