2 de mayo de 2019
Diego Raúl González es abogado, graduado de la Maestría en Derecho Administrativo de la Universidad Austral. Es Gerente de Asuntos Legales de Aeropuertos Argentina 2000 SA. y Presidente de la Worldwide Airport Lawyers Association – WALA.
Participó del primer encuentro de graduados de Derecho Administrativo donde contó su experiencia como estudiante en la Facultad de Derecho y los desafíos que enfrenta actualmente en su trabajo.
¿Qué recordás de tu época como alumno de la Maestría en Derecho Administrativo?
Recuerdo dos años muy intensos, el primero, sobre todo. Tenía apenas 26 años, una altura de la vida en la que, aun, queda todo por vivir. Recuerdo el liderazgo y generosidad de Julio Comadira. Un cuerpo docente de excelencia. Debates. Noches sin dormir, o durmiendo sobre “cuadernillos” tan informativos como temidos. No existía Google. Recuerdo semanas intensivas, esperadas cual apocalipsis en los que uno se despedía como en un aeropuerto. Recuerdo las dudas por cómo encarar una Tesina, algo que era toda una novedad en mi vida. Recuerdo a mis compañeros, un grupo de personas adorables. Con muchos de ellos, incluso pese a las redes sociales, todavía nos solemos encontrar.
¿Qué valorás de tu paso por la Austral?
Valoro el marco profesional. El compromiso de la Austral con la enseñanza, en libertad de expresión y respeto de la diversidad de criterios. Un paso firme, con sacrificio, esfuerzo y dedicación, que fueron las bases de la propuesta de la Universidad desde el primer día.
Y valoro, sobre todo, el aspecto humano. Al final del día, el marco profesional es importante. Sin embargo, el lado humano, en cualquier ámbito, es lo indispensable. Y en mi paso por la Austral encontré eso. Buenas personas.
¿Qué te gusta hacer cuando estás fuera del trabajo?
Trabajo de lo que me gusta. Y las cosas nos gustan 24 horas al día. En mi caso, por haber pasado por la Austral, me vinculé en el fascinante mundo de la aviación civil y los aeropuertos. Y esa pasión se ensambló con mi interés y gusto por el derecho, el Estado, la sociedad. Y luego la tecnología. Y de allí al hombre. De todo eso me gusta escribir. Me gusta leer. Viajar. Ver cine. Jugar al tenis, caminar. Y todo eso, en armonía con el disfrute mayor: mi familia y mis amigos.
En el pasado afirmaste que “los aeropuertos son un laboratorio de prueba y ensayo ideal para la industria del 4.0”. ¿Qué avances tecnológicos ya son una realidad en los principales aeropuertos del mundo y cómo es trabajar en un ambiente en permanente innovación?
La innovación permanente, cada vez más veloz, está reconfigurando la aviación civil y dentro de ella el transporte, la logística y el turismo. Se espera para 2040 incorporar 41.300 nuevos aviones al mercado de la aviación y que 23.000 millones de pasajeros viajen en avión anualmente, contra los 4.000 millones que viajaron en 2017. Uno cada diez puestos de trabajo están ligados al turismo y la industria del transporte aéreo genera de manera directa unos diez millones de puesto de trabajo. Estas cifras son dramáticas y se darán en un contexto donde la tecnología será protagonista: Drones, torres de control remotas, equipamiento y vehículos autónomos, cloud services, blockchain, inteligencia artificial, big data, data mining y data analytics, robótica colaborativa, realidad virtual y realidad aumentada. Los aeropuertos y las aerotropólis interconectarán todos los procesos mediante la Internet de las cosas.
Hoy a la calidad de servicio que tanto estudio nos ocupaba en la Maestría, se la llama en la aviación “experiencia del pasajero” y hace foco no en las cosas sino en las emociones. Por ejemplo, el ahorro de tiempo es algo que el pasajero valora más que nunca. Y la reducción de las filas en los aeropuertos es posible debido a las tecnologías amigables, donde se destacan la identificación biométrica, el reconocimiento facial y el escaneo termal en túneles donde no es necesario detenerse para ser identificado ni revisado. El 2019 inició con Amazon sondeando oportunidades para expandirse al interior de algunos de sus mayores aeropuertos con el concepto de tiendas sin cajeros ni fila.
Trabajar en un ambiente así es un desafío permanente. Incluyendo en él al ordenamiento jurídico. Por ello hemos desarrollado con el equipo de abogados de Aeropuertos Argentina 2000, desde el principio de la concesión aeroportuaria en 1998, entre otras cosas, el Derecho Aeroportuario. Y ahora, queremos enfocarnos en el derecho 4.0, vinculando el fenómeno tecnológico con todo el ecosistema aeroportuario: el servicio, la fiscalización estatal en el aeropuerto, el transporte, la logística, y el turismo.
¿Qué desafíos trajo el ingreso de las low cost al sector aeroportuario?
El modelo low cost conlleva desafíos para el operador aeroportuario y para el Estado regulador. Sobre todo, a la hora de buscar y encontrar equilibrios entre los derechos, deberes, intereses y expectativas que se aglomeran en torno de la prestación del servicio, dado la disrupción que este modelo de negocio aerocomercial provoca en el estado de las cosas.
En mi opinión el mayor desafío está en el ámbito de la cantidad y calidad de la información del pasajero, tanto para el transporte como para el uso del aeropuerto. El modelo low cost tiene, desde el punto de vista del servicio al pasajero, muchas variantes y alternativas que, si no son correcta y oportunamente informadas, al final del día, puede ocurrir lo que los usuarios y consumidores conocemos muy bien: que lo barato en muchas ocasiones termina resultando caro.
¿Cuáles son los temas que ocupa a los abogados en el ámbito aeroportuario actualmente?
En el mundo, los aspectos que más preocupan o desafían a los operadores aeroportuarios, tanto locales como globales, pasan por la seguridad operacional (el corazón de la aviación civil), la congestión por falta de capacidad (en especial la asignación de los slots o franjas horarias tanto en el espacio aéreo como en el aeropuerto), la presión regulatoria de los transportistas sobre los ingresos aeroportuarios regulados, el impacto de la tecnología, la competencia entre aeropuertos por atraer tráfico y nuevos negocios. Los aeropuertos pasaron a ser entidades indispensables a la hora de idear, planificar y aplicar una política pública aerocomercial, que abarca al turismo, la construcción, el medio ambiente, entre otras industrias claves para el desarrollo económico de un país. Es por ello que los aeropuertos juegan, cada vez más, un rol vital en negociación de los acuerdos internacionales bilaterales o multilaterales para la asignación de los derechos de tráfico aéreo, que faciliten más y mejor conectividad y acceso a los mercados de turismo, o de la carga aérea.
El derecho aeronáutico clásico, la mayoría de la doctrina de autores, salvo excepciones, no se ocupó de extender su objeto de estudio científico a la nueva realidad que supuso la aparición del servicio aeroportuario, y lo que hoy representa. Sin embargo, el ordenamiento jurídico juega un rol decisivo. En mi visión, el desafío también pasa por profundizar la formación y la capacitación de todos los sectores de la industria -público y privado- en los aspectos legales y regulatorios de la actividad. Las transformaciones son tremendas, y sin un sistema legal adecuado, equilibrado, que las acompañe, hará que los beneficios que ello conlleva ínsitos, no puedan ser alcanzados o lo que es peor, solo por algunos pocos.