24 de octubre de 2021
La Austral suma dos nuevos doctores Honoris Causa a sus académicos
En el marco de su 30° Aniversario, el jueves 21 de octubre, la Universidad Austral otorgó dos nuevos títulos de Doctor Honoris Causa a los académicos Carlos Ignacio Massini-Correas, profesor de la Universidad de Mendoza (Argentina), y la Dra. Eleonore Stump, profesora de Saint Louis University (Estados Unidos).
El evento contó con la participación de las autoridades de la Austral y parte de su claustro docente.
En el edificio de Grado del Campus de Pilar, el Dr. Carlos Ignacio Massini-Correas, profesor de la Universidad de Mendoza (Argentina) y a la Dra. Eleonore Stump, profesora de Saint Louis University (USA) fueron distinguidos con el título Doctor Honoris Causa, el mayor rango académico que puede otorgar una universidad, contemplando la reputación profesional, universitaria y humana de las personas que son presentadas.
El acto fue presidido por el rector de la Universidad Austral, Mag. Julián Rodríguez, y contó con la participación del Vicerrector de Asuntos Académicos, Dr. Ricardo Crespo; la Vicerrectora de Alumnos y Extensión, Esp. Susana Urrutia, autoridades de la Universidad Austral y los decanos de sus unidades académicas.
El rector de la Austral indicó: “desde el primer momento, quienes soñaron la Universidad, la pensaron con una mirada bien particular: por un lado, desde su investigación y docencia, aportando una perspectiva humanista e integral, a la hora de abordar las problemáticas de los distintos ámbitos del saber; y por otro, la mirada centrada en la persona, donde cada persona vale y es irrepetible, donde lo que nos mueve no es imponer mi razón sino buscar juntos la verdad; en definitiva, donde nos proponemos no sólo formar buenos profesionales sino transformar personas que tengan impacto en la sociedad, aportando al bien común”.
“Podemos afirmar precisamente, que tanto la Dra. Stump, como el Dr. Massini-Correas han contribuido a este sueño: por un lado, con sus actitudes de vida, que resumo en dos aspectos: valentía para proponer una visión cristiana del hombre y de la sociedad, y generosidad para compartir sus conocimientos con los más jóvenes. Y por otro, por sus aportes científicos, ambos en el ámbito de la filosofía. La Dra. Stump en el campo de la filosofía medieval y la metafísica contemporánea, y el Dr. Massini-Correas, en el ámbito de la filosofía del Derecho: frente al constructivismo ético, propone el realismo ético como fundamento objetivo del Derecho y en particular de los Derechos Humanos. “En definitiva, ambos, desde distintas perspectivas, afirman y defienden la posibilidad de una verdad que nos trasciende, y, por lo tanto, otorgan carta de ciudadanía a la metafísica”, sostuvo Rodríguez.
El claustro académico suma a dos grandes profesores
El primero en recibir su título fue Carlos Ignacio Massini-Correas, doctor en Derecho y en Filosofía, que desarrolló su carrera académica casi por completo en Argentina, en el área de la Filosofía del Derecho, la Lógica y la Ética. Considerado por sus pares como uno de los iusnaturalistas más importantes del mundo de habla hispana, con 31 libros y más de 200 artículos científicos sobre temas de su especialidad en América y en Europa.
Desde la Austral, el Dr. Juan Cianciardo tuvo a su cargo el elogio a Massini Correas. Durante sus palabras remarcó: “Es un universitario de la cabeza a los pies. Se ha propuesto y ha propuesto a otros un trabajo de excelencia, que se distinga por ser un aporte significativo a la sociedad. No ha querido conformarse con menos, y ha sabido conjugar ese talante exigente con un buen humor inalterable, una manifestación de alegría y virtud que se asienta no tanto en la afectividad, como así en la inteligencia y en la voluntad, en el optimismo como actitud vital procedente de contemplar cuánto de bueno hay en cada una de las cosas que nos rodean. Varios profesores de distintas unidades académicas nos hemos visto enriquecidos por su generosidad sin límites y por su ejemplo”.
Luego de recibir su distinción, el Dr. Massini Correas pronunció su discurso de ingreso al claustro universitario y agradeció a la Austral: “Es para mí un honor ser distinguido por esta Institución, en la que se busca y promueve el desarrollo de la tradición universitaria de Occidente; resguardando sus principios fundamentales y asumiendo y ampliando sus saberes propios a las nuevas circunstancias y a los recientes desafíos”.
Para Massini Correas “la vida intelectual y, en especial, la investigación científica universitaria, son tareas que solo pueden realizarse de modo mancomunado, es decir, en asociación estrecha con otros participantes en los mismos intereses, temas, problemas e inquietudes. Esto ha sido así desde siempre, pero se hace imprescindible hoy más que nunca, debido a la enorme complejidad, extensión y rigor metodológico que han adquirido en los últimos años los saberes del ámbito académico, así como a su creciente internacionalización y tecnificación”.
Luego, fue el turno de distinguir a Eleonore Stump, profesora de la cátedra Robert J. Henle Professor of Philosophy en la Universidad de Saint Louis, Estados Unidos, donde enseña desde 1992. También profesora honoraria de la Wuhan University (China), de la University of St Andrews (Reino Unido), y de la Australian Catholic University (Australia). A lo largo de su vida, además, publicó extensamente sobre filosofía de la religión, metafísica contemporánea y filosofía medieval.
“La profesora Eleonore Stump reúne una serie de características valiosas que rara vez se dan todas juntas. Es una filósofa de renombre internacional, una medievalista erudita, maestra de reconocidos discípulos y dedicada madre de familia. Un ejemplo de esfuerzo y honestidad en la búsqueda, de generosidad en la transmisión del conocimiento, y de fecundidad en los resultados”, detalló durante su elogio la Dra. Claudia Vanney.
Una vez conferido el grado Honoris Causa, desde Estados Unidos, Stump también expresó su gratitud: “Agradezco la confianza que la Universidad depositó en mí al concederme este honor y la comunicación permanente que tenemos”.
“Para Tomás de Aquino, el honor en cuestión para la virtud cristiana de magnanimidad no es un honor de los seres humanos, sino de Dios. Y el orgullo, aquello por lo que se da el honor no puede ser algo que la persona haya obtenido para sí. Esta idea puede estar entre lo inteligible y lo gracioso, si no fuera por una última pieza crucial de la ética de Aquino: Dios le da la excelencia moral y espiritual como obsequio, siempre y cuando no lo rechace, y el rol de la persona en la adquisición de excelencia es, entonces, estar abierto a los obsequios de Dios. Aquino ve que una persona puede tener la virtud de la humildad y todavía luchar por los grandes honores. Una persona puede ser tanto humilde como magnánimo si ama a Dios y si siente gratitud, y está continuamente abierta a él. El resultado de la magnanimidad, como lo entiende Aquino, es que una persona puede ser tanto magnánima, yendo a la gloria, y seguir siendo humilde. Según él, es moralmente obligatorio ir por la gloria porque es cuestión de ser honrado por Dios por ser fiel. El obsequio del coraje da fuerza a esta disposición”, expresó Stump.