23 de mayo de 2017
Nuestra Coordinadora Académica de la Maestría en Derecho Tributario, Mg. María Inés Lasala, publicó una columna de opinión para ámbito.com sobre: «Reforma Tributaria: manos a la obra tras 30 años»
Reforma Tributaria: manos a la obra tras 30 años
Con la conformación de una comisión bicameral especial para la Reforma Tributaria, creada por la Ley 27.260, comenzó el análisis y la evaluación de propuestas de reforma del sistema tributario nacional. Los esfuerzos se orientarán a fortalecer la equidad de la presión tributaria, profundizar la progresividad de los impuestos, simplificar la estructura y administración del régimen impositivo, y fortalecer la complementariedad y coordinación federal.
La elaboración de una ley que reforme el régimen tributario es uno de los principales objetivos fijados por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. La propuesta que finalmente llegue al Congreso significará la primera reforma integral del sistema tributario enviada al Poder Legislativo en 30 años.
Evaluación
La reforma debe ser práctica, metódica y ordenada. Se hará en primer lugar un «diagnóstico» del esquema impositivo actual. El tiempo que esto demandará dependerá, en buena medida, si la reforma será integral o por etapas. Entonces, habrá que dilucidar si es factible abrir la discusión sobre todos los cambios al mismo tiempo, o si es conveniente una gradualidad.
El peligro de extenderse en el diagnóstico y pensar en una reforma integral «ideal» puede llevar a la pérdida infructuosa de una visión superadora en la que, parafraseando a Voltaire, lo perfecto será enemigo de lo bueno. Parece conveniente, entonces, adoptar una mirada planificada y gradualista.
La inseguridad jurídica tributaria actual, la inflación normativa, la presión fiscal, el cúmulo de impuestos que generan distorsiones, sumado a la complejidad del régimen tributario provincial y municipal, son todos factores que, unidos, generan incertidumbre, dificultan operaciones, y atentan contra el desarrollo y la inversión.
Codificación
Consideramos que la codificación tributaria es un vehículo imprescindible para la realización de la seguridad jurídica entendida en su doble manifestación de certidumbre del Derecho y eliminación de la arbitrariedad.
Ésta podría ser una gran oportunidad para iniciar el camino hacia una codificación tributaria que puede encarrilarse por dos vías: la primera consiste en juntar en un cuerpo unificado y sistematizado toda la normativa fiscal vigente y relevante. En la segunda, se tendrá que analizar la posibilidad de incorporar los cambios necesarios, en algún caso en forma paulatina de tal manera que no signifique resignar recaudación o frustrar en lo inmediato objetivos de Gobierno.
Existen dos grandes antecedentes para tomar como ejemplos: el Modelo de Código Tributario para América Latina OEA/BID; y, más reciente, una versión actualizada del Modelo de Código Tributario del CIAT, BID y GIZ, basado en la experiencia iberoamericana. En dicho Modelo, la utilización de esta herramienta es un elemento casi imprescindible para orientar los esfuerzos de regulación de las relaciones fisco-contribuyentes que favorezcan el funcionamiento coordinado de los sistemas tributarios. De este modo, el que los países puedan disponer de este Modelo, es un doble acierto: codificador y de coordinación o convergencia normativa.
Alcanzar un Código Fiscal Nacional puede parecer un proyecto ambicioso, pero, en rigor, no se han presentado oportunidades como ésta en los últimos treinta años para encarar una reforma integral del régimen impositivo vigente.