¿Cuál es el objetivo de la nueva diplomatura?
Horacio Paya: Lo que vemos, tanto desde lo académico pero sobre todo a partir de la experiencia profesional, es que temas como medioambiente, hidrocarburos, minería y energía eléctrica requieren un enfoque interdisciplinario y eso es lo que buscamos ofrecer. En el caso del medioambiente, el abogado necesita conocer conceptos como contaminación y remediación, y profundizar en aspectos técnicos que no son jurídicos, pero que es indispensable conocer. Por su parte, el ingeniero que se ocupa de la gestión ambiental no puede prescindir del marco legal para llevar adelante esa gestión.
Roberto Carnicer: Esta nueva diplomatura tiene como particularidad un ensamblado de unidades académicas. El objetivo es la coparticipación de docentes de la Facultad de Derecho, de la Escuela de Gobierno y la Facultad de Ingeniería para lograr productos que sean multidisciplinarios. El abogado que se focaliza en temas ambientales, en sectores tan diversos como hidrocarburos, sector eléctrico o minero, necesita conocimientos técnicos y comerciales propios. Lo mismo es válido para otras profesiones.
¿Está dirigida a profesionales insertos en la industria o también a universitarios que buscan una especialización para insertarse en el mundo laboral?
Horacio Paya: Ambos. A la primera reunión informativa vinieron estudiantes y también gerentes de legales y otras funciones técnicas dentro de distintas organizaciones. Incluso han manifestado intereses profesionales que se desempeñan en el sector público.
Carnicer: Esa es la particularidad de lo interdisciplinario. Cuando se desarrolla un posgrado con temática específica, por ejemplo exclusivamente técnica o legal, se puede pensar en un recién egresado que quiere profundizar en ese tema concreto y no va a venir un profesional ya capacitado específicamente porque dicho postgrado es más bien una continuidad de la formación de grado. La diplomatura que proponemos, por el contrario, apunta a un sector más amplio, desde contadores e ingenieros hasta abogados e incluso financistas.
¿Cuál es la carga horaria?
Paya: Tiene 120 horas anuales y la modalidad de cursada es una tarde por semana. Se extiende de abril a noviembre.
Si alguien tiene amplia experiencia en la industria, pero no tiene un título de grado, ¿puede inscribirse?
Carnicer: Al no estar bajo el ámbito de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), las diplomaturas permiten el ingreso de esos perfiles. El mecanismo habitual es analizar los antecedentes y eventualmente aceptar la participación.
¿Qué oferta dispone actualmente la Universidad Austral en el sector de Energía?
Carnicer: Desde el año 2014 se dicta la Diplomatura en Gerenciamiento en Gas y Petróleo (270 horas), con una gran aceptación en el mercado. Esto motivó diversos seminarios en el sector de hidrocarburos, energías renovables y medio ambiente de manera de actualizar continuamente los cambios regulatorios, comerciales y resultados tecnológicos ante la normalización del sector y la llegada del no convencional a la Argentina.
En 2018 se lanzó la Especialización en Gestión en Gas y Petróleo, aprobada por la CONEAU, apuntando a futuras maestrías, con una dedicación horaria exigente. Simultáneamente, en 2018 aparece como oferta académica la Diplomatura corta en Gerenciamiento en Energías Renovables. Y finalmente siendo que el impacto ambiental es trascendente en el sector energético y minero, y aprovechando los programas y Diplomaturas en medio ambiente ya desarrollados por la Facultad de Derecho de la universidad Austral, nos decidimos a encarar en forma conjunta (Facultad de Derecho e Ingeniería) esta nueva diplomatura que ve al ambiente en su conjunto.
En los últimos meses ha habido varios incidentes ambientales, sobre todo en Vaca Muerta. ¿En la industria, más allá de las palabras, hay conciencia sobre la importancia que tiene preservar el medio ambiente?
Carnicer: Sí totalmente, el sector es muy consciente, porque además reconocen que los accidentes también afectan la parte comercial. Ha habido accidentes, pero el sector se preocupa por el medio ambiente. Saben que si no se preocupan los termina afectando en el bolsillo.
Paya: Desde 1992 hay una muy detallada regulación ambiental y las provincias son autoridades de aplicación de esa regulación. El tema ambiental no es algo nuevo. Ya sea por convicción o no, todas las empresas que operan en la actividad hidrocarburífera cuentan con gerencias y personal dedicados al tema. Eso no significa que no pueda haber accidentes. De hecho, los hay y hay una regulación que obliga a las empresas a denunciar los accidentes contaminantes dentro de las 24 horas de ocurridos. Ahora bien, la explotación del no convencional implica otra escala de producción y también impactos ambientales específicos.
¿Pero la legislación medioambiental actual está preparada para regular un sector que empiece a producir hidrocarburos no convencionales en modo factoría?
Paya: Tanto en Neuquén como en Mendoza se han dictado normas específicas que regulan los aspectos ambientales de la exploración y explotación no convencional. Está claro que se requieren medidas de protección adicionales por los volúmenes de agua y energía que se manejan, el movimiento para generar el pozo y la superficie afectada.
Carnicer: En el no convencional estamos en una etapa de aprendizaje y es para todos los rubros, tanto para las características de la explotación como las actividades de protección del medio ambiente asociadas a este tipo de explotación. Pero Argentina tiene una larga experiencia en la industria hidrocarburífera y las empresas que están desarrolladas en el sector no convencional son todas de primera línea con amplia experiencia ambiental. Estamos hablando de YPF, Tecpetrol, Pluspetrol, Total, Wintershall y Shell, entre otras.
La industria hidrocarburífera pareciera que tiene mucha proyección para desarrollarse en el país de la mano de Vaca Muerta, pero la macroeconomía introduce una incertidumbre permanente, ¿puede seguir creciendo la actividad en este contexto?
Carnicer: El año pasado se marcó un hito para la producción no convencional en la Argentina. Que un solo yacimiento, como Fortín de Piedra, haya aumentado su producción de 2 a 16 millones de metros cúbicos diarios de gas es un hito. Eso impactó en toda la producción. En la actualidad el 36% de toda la producción argentina de gas es no convencional y el 60% de la producción de gas de Neuquén es no convencional, incluyendo shale y tight.
Sin embargo, debido a los problemas macroeconómicos se revisó la resolución 46/2017 que fue la que hizo posible ese despegue en Fortín de Piedra a partir de los subsidios públicos.
Carnicer: Sí, lamentablemente la macroeconomía va a afectar no solo en este aspecto. Este año va a ser muy complicado. Eso podrá llevar a corregir la pendiente de crecimiento de producción, pero creo que igual la pendiente va a ser positiva. El sector ya está efectuando estudios para ver si Argentina podría transformarse en un gran exportador de gas. El mercado no se congeló. De hecho, estamos pensando en una Argentina que va a ser no solo autosuficiente, sino que va a exportar 30 millones de metros cúbicos por día, que no es mucho ya que en 2004 exportamos 25 millones de metros cúbicos.
La suba del dólar también llevó al gobierno a revisar la dolarización de los contratos, ¿puede operar como un desincentivo adicional a la producción?
Carnicer: La solución que se dio en la reciente subasta responde a un contexto inflacionario muy alto. Estimo que, dentro de todo, se busca un equilibrio para todos y fue una regla de juego. Los productores sabían de esta situación cuando definieron sus precios en la subasta. Es un mecanismo bastante racional para un país con inflación.